Aproveché un hueco antes de empezar a trabajar para grabar una idea que llevaba en mente desde hacía un par de días.
Como a veces no tengo todo el tiempo suficiente para actualizar todos los proyectos y herramientas de difusión que tengo entre manos, pensé que era una buena idea unificar algunas de ellas. Aunque fuera de forma «secundaria». Pensé que sería interesante usar los audios de los vídeos del canal de YouTube para publicarlos también en el podcast. Pero, claro, sería un poco raro que en un podcast sonaran frases como «Bienvenidos al canal», o «dale a la campanita para que te avise de nuevos vídeos».
Entonces decidí grabar una breve intro a modo recordatorio en plan «Lo que usted va a escuchar a continuación es de un vídeo de YouTube». Más o menos. Entonces, así lo hice. Escribí un breve guión, cogí la grabadora, exporté todo, busqué un efecto de sonido que simulara una alerta y edité todo.
A veces sigo sorprendiéndome de cómo soy capaz de ir regenerando mi marca personal. Y no, no ha sido nada de otro mundo, ni he descubierto América, pero a veces sólo se trata de economizar trabajo y así no dejar apartados proyectos. Evidentemente, no será la tónica. El podcast se creó para contenidos originales, nativos, y la idea era esa. De hecho, sigue siéndolo. Pero a veces pensaba que podía ser interesante reutilizar los audios para crear una retroalimentación entre mi marca personal.
Una cosa menos.
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