Mohamed Salah celebra uno de sus goles marcados contra el Southampton (Paul Ellis, AFP Photo)
El Liverpool ganó 3-0 al Southampton en Anfield en la 12ª jornada liguera en la Premier League. Una victoria local que tuvo un gran protagonista, una semana más: Mohamed Salah. El jugador egipcio del conjunto de Liverpool sigue opositando semana tras semana para ser considerado el MVP de la temporada a orillas del Mersey.
Un ídolo total con apenas meses de etapa Red. Salah fue uno de los grandes desembolsos económicos del Liverpool durante el pasado, ya lejano, verano, creando una corriente de ilusión que, a su vez, debía convivir con la exigencia de un fichaje y una transacción como la que ocurrió. Pero ya nada de eso existe, porque Mohamed está brillando, está luciéndose, y sus celebraciones (basadas en su religión, el Islam) presentan y crean una romántica contradicción.
La preciosa foto de Paul Ellis para AFP Photo es una clara muestra de ello. Fiel a su religión, llevó a cabo su metodología. El ídolo dando gracias, agradecido por el éxito logrado. El ídolo de masas, el futbolista más deseado, por el que están agradecidas millones de gargantas en todo el mundo, convirtiendo la situación en adversa, en antagónica, en una imagen en la que la lógica llama a la gratitud de Salah ante Anfield, ante el coliseo que le idolatra.
Evidentemente, el ídolo es él. La estrella es él. Pero la magia de imagen, de la fotografía es capaz, en este caso, de transformar la realidad cambiando el sentido lógico de todo conocedor del mundo del fútbol. Una temporada extraordinaria del futbolista egipcio, que ya se ha convertido en el faraón de Anfield, en el gran líder, en el faro del rendimiento que hace alcanzar el éxtasis en la mítica grada de The Kop.