Hace poco más de un año viví una desagradable situación en Twitter, cuando una serie de denuncias falsas, creadas por bots, pagados por a saber quién, hicieron que mi cuenta fuera suspendida. Fue ahí cuando, dada mi gran pasión por comunicar, informar y compartir, creé una nueva cuenta, dejando atrás la etapa de "MiRondo" (ahora @mirondo9) para dar paso una cuenta con más "personalidad", donde aparecía mi nombre como usuario e incluso dejando atrás mi avatar de Lampard para personificarlo todo e incluir una foto mía.
Debo hacer aquí un paréntesis y explicar el funcionamiento. Un ejército de bots (las típicas cuentas de chicas sexys que te siguen así porque sí) denuncian de forma masiva tweets, Twitter no revisa su identidad, da por reales los usuarios y, sin filtrar, sin analizar el caso, suspende las cuentas. El primer aviso es una suspensión temporal. A los 2-3 días, si nada raro ocurre, vuelve a estar activa y todo debe seguir adelante. Pero luego están las supuestas suspensiones permanentes. Es decir, esas que en teoría te avisan que no vas a poder recuperar. Pero, damas y caballeros, no es así. O al menos eso he sacado en claro después de 4 suspensiones durante el último año y, como sabréis muchos, la cuenta sigue activa. El tema de una suspensión permanente no es tal porque tú recurres tu cuenta, dejando claro que son denuncias falsas, y si nadie recurre, contesta, Twitter desbloquea tu cuenta y retomas el control. ¿Qué ocurre? Que son bots, que son usuarios que se rigen por logaritmos, que carecen (por suerte) de personalidad, y evidentemente nadie recurre tu apelación. Primero, porque son bots, robots. Segundo, porque no tienen razón. Por lo tanto, el error está en seguir los pasos oficiales de Twitter en sus opciones de recuperación.
Entonces, una vez recuperada mi cuenta, si ya la tengo, ¿por qué mantengo la otra abierta? ¿Por qué uso casi a diario las dos? Una vez se relajó el tema y, poco a poco, fui asentándome de nuevo en mi cuenta principal (@mirondo9), decidí que podía usar la cuenta secundaria (@E_gomez9) para compartir contenidos que también me gustan pero que, por tener una cuenta dedicada al mundo del fútbol quizás no sea el contexto. Fue ahí cuando me di cuenta que en la cuenta secundaria ya superábamos (gracias al apoyo de la gente) los 7.000 followers, por lo que pensé que podría ser una forma interesante de compartir ahí contenidos que nada tuvieran que ver con fútbol, como redes sociales, viajes, reflexiones o posts que escribiera en mi blog.
Me parecía una interesante forma de expandir la marca, de usar esta metodología para retroalimentar mis contenidos, dando visibilidad a los tweets de ambas cuentas, y creando una herramienta propia de cara a mi experiencia profesional para dejar claro que sé cómo funciona este tipo de trabajos, que sé cómo poder dar difusión efectiva a contenidos. Y los resultados, como pensaba, funcionan a la perfección.
No se trata de tener dos cuentas por tener. Todo nació casi de forma obligada, pero ahora he conseguido que se convierta en nuevo producto de la marca. "Sé gestionar contenidos y publicaciones de fútbol, pero además hago esto...". A nivel de social media, me parece muy interesante. Digamos, en términos generales, que una cuenta puede ser "profesional" y otra más "personal", aunque realmente tampoco es así.
¿Recomiendo hacerlo? Reitero que yo lo hice obligatoriamente, obligado por una situación, pero ahora que podía dejarla en el olvido (como hice otras veces durante suspensiones) creo que es una interesante opción de cara a argumento a favor para futuras experiencias profesionales.
