Viajamos con destino Inglaterra. Viajamos con destino Birmingham. A la zona Villana de la ciudad, más concretamente. Allí encontraremos a una afición que puede estar soñando despierta con uno de esos sueños platónicos que, pese a que se sabe que son casi inalcanzables, te niegas a no disfrutarlos como ese olor a sábanas limpias, recién puestas, en una invernal noche del mes de febrero. Sueñan.
Ellos, ellas, sueñan pese a que saben que es difícil, pero acudirán a su puesto de prensa de confianza, comprarán su periódico de cabecera, abrirán las páginas deportivas y verán al Aston Villa segundo clasificado, en puestos de Champions League. Todo ello con un partido menos. Todo ello sin esperarlo. Todo ello por sorpresa. Los de Villa Park están firmando un inicio de temporada inesperado que les permite irse al parón de selecciones en una suite del más prestigioso hotel, en una situación impecable, brillante, excepcional. Dos semanas felices, de esas que crearán sonrisas naturales, casi sin querer. Un parón por compromisos internacionales que no querrán que acabe, como esa taza de café caliente con espuma que preparas una tarde cualquiera.
Pensad. Pensemos en esa afición del Aston Villa que ha visto los fichajes que han llegado a su equipo, que suman pleno de victorias, pleno de puntos, que se ven segundos en la clasificación y que van a estar dos semanas pensando en ese 7-2 que le marcaron al campeón.
