Escribo esto tras acabar mi rutinaria tarde de escritura. Y no me lo creo.
Estoy muy cerca de acabar mi primer libro. Repito, porque si lo leo yo mismo igual me lo creo más y mejor. Estoy cerca de acabar mi primer libro.
Me propuse tres etapas en esta idea. Escribirlo, complementarlo con una sección de apuntes y revisarlo. Y estoy cerca de cerrar la primera, la más complicada.
Siempre quise llevar en secreto lo de escribir un libro. Cuando me entró por primera vez el cosquilleo sería allá por 2015. Recuerdo que me ocurrió en Madrid, durante mi primera experiencia fuera de casa, durante mi primera etapa en un gran medio de comunicación. Me veo en aquella cafetería de cabecera, con una libreta, con dos bolígrafos y con un Macbook que ya pasó a mejor vida.
Ahí nació el germen. Desde entonces han surgido unas cinco ideas diferentes. Cinco propuestas que generaron gusanillo, ilusión, que parecían lo suficientemente interesantes como para tirar para adelante y darles forma. Sin embargo, por falta de tiempo o por falta de motivación, ninguna había sido concretada. Sí iniciada, sí comenzaba, de hecho ahí está el borrador, pero nada más.
Entonces, por ello sé que estoy mucho más cerca de convertir mi primera idea en realidad. Queda todavía por hacer, pero considero que escribirlo en su totalidad es el paso más importante. Ya habrá mucho realizado, mucho recorrido. Luego sólo tocará complementar y retocar. Un proceso más rápido, más puntilloso, más cómodo en cierta medida. Será caminar sobre una base ya sólida.
Hace unos días me di cuenta de lo cerca que estaba de cerrar la base, lo importante, y fue una sensación tan bonita como especial, tan gratificante como tranquilizadora.
Esta semana cerraré el contenido más importante, las historias, y creo que la semana que viene iniciaré las etapas finales.
¡No me lo creo!
