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No es suficiente

Desde hace unos años, intento opinar poco o nada en redes sociales. Quizás lo haga, pero de forma inconsciente, sin pensar, porque si pensara, no lo haría.


Por ello, entre otras medidas, ahora me gusta mucho buscar estadísticas y generar temas propios. Me atrae más la idea, sinceramente, que opinar, porque (quizás por mi síndrome del impostor que me acompaña desde que era pequeño) nunca me he considerado nadie importante ni relevante. Por lo tanto, ¿para qué?


A la hora de escribir, es cierto que me dejo llevar un poco más. Basándome en una búsqueda constante de la objetividad, es cierto que, cuando me pongo delante del teclado, tengo menos complejos y pienso menos. Supongo, confieso, porque la gente que insulta en redes sociales no tiene el interés ni la fuerza de voluntad de pararse tres-cuatro minutos (o más, a veces) para leerse un texto. Demasiado para la cabeza.


Digo todo esto, volviendo al tema, porque ahora me gusta compartir contenidos objetivos, que son incontestables porque no tienen ni tono, ni mensaje, ni nada más allá de las cifras en cuestión. Si un equipo ha marcado más en su estadio que a domicilio, es un dato concreto y objetivo. Las causas, las polémicas u opiniones, son para el resto porque, claro está, son más expertas y expertos que yo.


Pero, pese a que comparto contenidos que son realistas, sin demasiado foco hacia lo negativo, insultante o polémico, siempre están ahí los entendidos al otro lado. Es increíble. Nunca parece suficiente.


Si señalas cuáles son los equipos con menos penaltis señalados en contra, es porque hay conspiraciones arbitrales detrás. Si dices que x jugador es el que más goles lleva, te dirán que el otro (su rival, su eterna comparativa) es mejor, o que es una farsa. ¿Os suena el 'caso Negreira' verdad? Pues ahora sale en muchos de los tweets.


Evidentemente, yo sé que esto va a pasar, sé que las voces que están al otro lado están a años luz de mi postura y forma de vivir todo esto. Sé que muchos de los tweets van a tener repercusión por eso mismo, porque las enfermas mentes rivales van a reaccionar pese a que tú no has dejado nada escondido, ni has propuesto ningún enfoque.


Pero no. Nunca es suficiente. Imaginad qué pasa cuando, entonces sí, publicas algo de un tema candente o polémico.

 
 
 

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