El pasado viernes comencé una serie que tenía guardada desde hacía unos meses. Una serie noruega. Una serie noruega que me llamaba la atención, pero no lo suficiente como para dejar otras opciones aparcadas.
Sin embargo, la semana pasada, ante un vacío de prioridades, decidí que era el momento adecuado y me inicié a la aventura de descubrir una serie nueva, casi desconocida en los términos a los que alcanza mi vista. Y vaya decisión. Llevo apenas tres capítulos, pero creo que va a ser una de mis series del año.
Reconozco que tengo un gusto un tanto diferente y quizás decirte que es una gran serie puede estar sujeta a tus prioridades de entretenimiento, pero creo que tiene una base demasiado buena como para dejarla en el olvido.
Pørni es la historia de una madre que vive con sus dos hijas y un sobrino cuya profesión es asistente social. El escenario no tiene demasiado misterio ni presenta nada novedoso, sin embargo, encuentro cosas que me hacen sentir muy bien viéndola.
Su ritmo, su fotografía y cómo actúa la protagonista ante las diferentes situaciones de su día a día fluyen a un ritmo muy acogedor. Si buscas una serie de superhéroes, policías que resuelven casos u escenarios utópicos, quizás no es tu plan perfecto, pero si quieres sentirte acogido, abrazado y entretenido, dale una oportunidad.
Los capítulos son muy cortos (apenas superan la media hora) y son suficientemente completos para engancharte y ver cómo es la rutina de todos sus protagonistas. Pørni, la protagonista principal, me parece entrañable, psicológicamente estable (bendita situación hoy en día) y una figura en la que intentar verse reflejado por cómo gestiona todo lo que se le pone delante.
Dale una oportunidad, y si no te gusta, tampoco habrás perdido muchos minutos de tu día. Si te gusta, habrás descubierto una gran serie.
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