Siempre digo que todo lo que hago es pasional, por vocación, porque el cuerpo y la mente me lo piden. No acepto trabajos que no se ajusten a mis valores. No hago acciones en redes que me parezcan desleales a mis valores. E intento siempre hacer, como digo, todo aquello que hago desde el corazón, que me transmita, que me haga sentir bien.
Tengo un canal de YouTube desde el verano de 2016, con diversas etapas. El primer año fue completo, para probar, para iniciarme, para ir abriéndome un camino (mejor o peor) en la plataforma, para experimentar, y entonces, sólo entonces, después del primer año en activo, pararía a valorar personal y profesionalmente qué tal la experiencia.
Así lo hice, hace un año, en verano de 2017. Por una serie de razones decidí pausar, apartar esa rutina semanal de publicaciones. Por aquel entonces tenía una serie de dudas en todos los sentidos que me pedían parar, apartarme del canal, y retomarlo siempre que así me lo pidiera el cuerpo. Y así ha sido más o menos durante el último año.
Y en esas sigo. Pero, ahora he tenido alguna que otra novedad. YouTube no me da dinero, ni pretendo que sea así. Me tomo mi canal de YouTube como una fantástica herramienta de expansión, de difusión y un canal perfecto para transmitir en el formato audiovisual. Y es por ello que la exigencia es 0. Publico cuando me apetece, cuando quiero, y esta semana ha sido así, pero con más contenidos.
He publicado 4 vídeos en 4 días y tengo 3 más grabados para publicar en próximos días. ¿Qué conclusiones saco? Positivas. Con movimiento de contenidos, el canal crece, las visitas crecen. ¿Cómo he gestionado el tema de hacer vídeos diarios? Bien, relativamente bien. He sacado los vídeos adelante, preproduciéndolos, grabándolos, editándolos y publicándolos. Y he sentido en primera personas la función de youtuber, la de generar contenidos a diario, la de seguir expandiendo la marca.
¿Qué ocurre ahora? Publicaré cuando me apetezca. ¿Todos los días? Todos los días. ¿1-2 vídeos semanales? 1-2 vídeos semanales. Reitero que es algo vocacional, que hago porque me apetece, y así seguirá siendo. Y ahora habiendo experimentado el hecho de haber publicado a diario durante varios días.