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¿Quiero dejar aparcado Twitter?


Es una pregunta que me estoy haciendo últimamente. Siempre he dicho que todos los proyectos que llevo entre manos, al no depender de nadie más allá de mi propia voluntad, seguirán latiendo hasta que dejen de motivarme o, por el contrario, se conviertan en una obligación o en una rutina pesada. Lo he dicho siempre.

Hace un tiempo, unos meses, allá por agosto, decidí que el canal de YouTube merecía un descanso, una pausa, y ahora me planteo si es el mismo caso de la cuenta @mirondo9 en Twitter. No creo que lo haga, no creo que deje aparcada la cuenta porque me sigue gustando actualizarla a diario, pero os seré sincero y debo confesar que últimamente se ha convertido en un cierto peso con según qué situaciones y rutinas.

A veces, lo confieso, dejo muchas cosas programadas por la mañana, antes de ir al trabajo, para que el timeline se actualice, para que la cuenta siga teniendo movimiento mientras obligaciones requieren de mi tiempo. No es la primera vez que lo hago. De hecho, ha ocurrido muchas veces, pero ahora siento que muchas veces no me apetece hacerlo, o que por el contrario me apetece desconectar. Es decir, Twitter ahora me resulta a veces motivo para querer desconectar.

¿Por qué twitteo tanto si no me da dinero? ¿Por qué le dedico tanto tiempo al cabo de la semana si no es un trabajo? La respuesta es clara: es mi marca personal. Tener una marca personal actualmente en el mundo del social media o de los medios de comunicación es vital y yo, por suerte, tras muchos años de dedicación, he conseguido conseguir la mía de forma sólida, con un amplio público detrás. Me siento muy orgulloso, muy lleno con todo ello. Lo juro, pero a veces siento que lo hago más por la gente que por mí y es cuando me planteo si realmente vale la pena, ya que Twitter precisamente no es la red social más gratificante respecto a la actitud de los usuarios.

Es por ello que últimamente estoy pensando si realmente debería estar tan pendiente, si quiero, o no, mantener este ritmo, si es necesario que publique mis impresiones de la jornada de Premier League, por ejemplo, después de los partidos, si es realmente necesario ofrecer eso después de varios años haciéndolo. ¿Sigue teniendo el mismo "éxito"? Sinceramente, creo que no. Las interacciones no son tantas como para hacerlo. La gente es muy de consumir en la sombra. Leen lo que dices, lo consumen, pero cada vez interactúan menos, cada vez comentan menos, e incluso, sirva como anécdota, cada vez insultan menos. El alcance de las publicaciones no decrece, seguramente todo lo contrario, se mantiene brutalmente alto para no ser nadie conocido ni famoso.

El otro día, por curiosidad, miré el Analytics y me di cuenta que durante este mes de octubre (allá por mitad de mes) la cuenta había tenido un alcance orgánico (sin contenidos patrocinados y de pago, que generan mayor alcance) de más de 41 millones de visualizaciones. ¿Sabéis qué es eso? Una bestialidad. Con esto me quedo tranquilo porque sé que la cuenta sigue viva, sigue latiendo, sigue interesando en cierta medida, pero cada vez más para consumir en la sombra, a escondidas, en plan voyeaur. Es decir, lo consumen, pero no interactúan. Es por ello que a veces me planteo, como decía antes, si merece la pena dedicar tanto esfuerzo a algo que, sinceramente, ya no es mi prioridad. Me interesa, pero tengo motivaciones fuera de Twitter, ya sea Instagram, la vuelta del canal, un libro que estoy escribiendo o adquirir cursos de edición que me permitan seguir aprendiendo.

Cada vez más siento que necesito dedicar más tiempo a leer, a ver series, a ver películas, a otros proyectos personales, y menos a Twitter, una red social que, no olvidemos, me decepcionó bastante el año pasado, cuando me suspendieron de forma injusta hasta cuatro veces. Aquello fue un punto de inflexión, y aunque he seguido como si nada, aquello cambió mi perspectiva de la red social.

La cuenta seguirá activa, seguro, pero a veces decidiré lo de actualizarla más pensando en mí, y no tanto en la gente, ya que precisamente aquí es donde menos se agradece o valora el esfuerzo y el trabajo. Twitter lleva años plagado de gente tóxica, maleducada, con demasiado aburrimiento encima, y los que nos tomamos nuestra marca personal en serio sentimos, al menos en mi caso, que cada vez tiene menos sentido.

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