La semana pasada me guardó varias sorpresas positivas. Cada vez tengo más claro que existe el karma. Karma, o algo que te marca el ritmo de vida y emociones a su antojo. ¿No os dais cuenta que las cosas llegan casi todas de golpe? Sean buenas, o malas. Siempre las novedades llegan en grupo. Evidentemente, cuando son malas, negativas, duelen, nos descolocan, nos afectan, e incluso pueden llegar a hundirnos. Pero también pasa al revés. Y pasó. Pasó de forma positiva la semana pasada.
Es por ello que nuevamente será lunes y tendré que encarar la semana haciendo mi ya tradicional planificación semanal enviando mails, mandando mensajes, hablando con gente, y haciendo recados. Y luego, esperar. Esperar que cada una de las acciones tengan respuesta a lo largo de la semana. Algunas llegaran pronto, casi de forma inmediata, mientras que otras llegaran días después o incluso la semana siguiente.
Por cierto, ¿me llegará un pedido que estoy esperando hace unos días? Probablemente, o no. No lo sé.