Hoy he llevado a cabo uno de mis momentos favoritos del año. No porque sea especial ni nada del otro mundo, pero suele hacerme ilusión.
Digamos que me hace ilusión en dos partes, por separado. Primero, cuando la compro y, ahora, cuando ya oficialmente puedo usarla.
Hoy he empezado a usar de forma directa mi nueva agenda del año. Como he dicho muchas veces ya en este rincón, mis años transcurren por temporadas/cursos, nada de año natural. Sí, celebro la entrada de año cada madrugada del 1 de enero, pero mi vida no se organiza de enero a diciembre. Nunca ha sido así, o al menos no lo recuerdo.

Hoy he hecho el cambio de agenda. Un cambio necesario que me empezaba a agobiar tal y como se acercaba el 1 de septiembre, ya que durante las últimas semanas he convivido con las dos agendas (2021-22 y 2022-23). Como digo, tal y como se acercaba el cambio de mes empezaba a tener que ir a dos bandas, con las dos agendas de la mano, porque había planes, tareas o apuntes que ya debían ser apuntados en septiembre y en la agenda 2021-22 no aparecía.
Pero ya está. El cambio se ha producido y, así, queda inaugurado un nuevo año. Un nuevo año que, aprovecho para decir, ojalá me traiga cambios positivos. Ganas hay de sobra, ganas hay como hace mucho tiempo que no tenía.
Comments