Soy de los afortunados que no he perdido mi empleo, ni mis condiciones, ni nada, durante esta cuarentena. Lo único que he podido perder ha sido esa libertad de aprovechar el tiempo libre para dar una vuelta. Pero tampoco me quejo en exceso. Hoy era día libre. El primero de cuatro. Suelo tener calendarios de trabajo que podrían representarse visualmente con el mítico Dragón Khan de Port Aventura. Montaña rusa. Igual que puedo trabajar muchos días seguidos también es cierto que luego las libranzas suelen ser también más acentuadas que la mayoría de la sociedad. Por ello, insisto, no me quejo. No debo, de hecho.
Era sábado. Un sábado libre. Desperté, me duché, perdí un rato frente al ordenador y decidí de forma improvisada crear una galería para esta web con todos los libros que tengo aquí en Madrid. Soy de los analógicos que apunta las cosas que tiene que hacer desde que tengo uso de razón. Ahora lo llaman Bullet Journal, pero yo sólo lo llamo «hacer listas». Intento normalmente aprovechar los días libres para ello. Imaginad ahora estando en casa con todo esto de la cuarentena. Tenía una lista con tareas para hacer, pero algo se me cruzó en el camino, algo giró mi sábado, mi primer día libre.
Improvisé una sesión de fotos. Estuve fácilmente cerca de hora y media seleccionando los libros, haciendo las fotos, editándolas, pasando de dispositivos, y creando el primer borrador que, evidentemente, podrá salir en próximos días. Estad atentos, porque compartiré un apartado en la zona superior (no quiero hacer spoiler de momento del título) donde encontraréis todos los libros que tengo aquí, en Madrid. En Valencia tengo muchas decenas más, pero irá actualizándose, supongo, con esos viajes a casa que están por venir cuando todo esto acabe, o con todos esos ejemplares que me enamorarán y vendrán a casa.
Fue un día de plan improvisado.
Comments