Me fascina cuando encuentro un término que da sentido a una sensación. No cambia nada, pero siento algo más de seguridad porque sé que tengo una palabra para usar cuando quiero referirme a ello, y no divagar hasta encontrar lo que quiero expresar.
Anoche vi una entrevista a la influencer Carlota Bruna y apareció el término 'ecoansiedad' y me sentí atrapado por el término. Es algo que he estado sintiendo en el último año y medio, desde el día que decidí cambiar mi rutina para intentar ser más ecológico. Y, claro está, es evidente que es imposible ser vegano al 100%, es imposible ser eco por completo. Pero hasta que no te das cuenta de eso, que es imposible, constantemente te cuestionas si de verdad puedes hacerlo bien. Te auto-exiges la excelencia, cuando es difícil conseguirlo.
Me gustó el término y, de repente, esta mañana, escuchando un audio de La Ventana, ha vuelto a salir. Entonces, ya no sólo me ha llamado la atención de nuevo el término, sino que me ha llamado la atención que haya escuchado algo relacionado a ello en apenas horas. Una palabra que hasta anoche no había escuchado, no había encontrado, que desconocía, y de repente aparece dos veces casi seguidas.
Por suerte, la ecoansiedad ya no es mi mayor problema, pero evidentemente es algo que me sigue preocupando. Ya no por mí, ya que intento tomar decisiones más eco posibles, sino porque muchas veces veo que los que de verdad deben tomar las decisiones (empresas, gobiernos...) es como que van en segunda marcha por una autovía mientras el resto, los ciudadanos, intentamos mejorar día a día.
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