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The Mystery of the pink... Monday

Foto del escritor: Esteban GómezEsteban Gómez

Soy muy de lunes. Me gustan los lunes. A contracorriente, como normalmente suele ocurrirme. Acostumbrado a trabajar fines de semana, con el ajetreo de la actualidad deportiva, con mucha faena, los lunes siempre han sido volver a la calma. Una calma entre el fin de semana y el martes. Un martes que, normalmente, volvería a dar faena. Pero no los lunes. Los lunes siempre me han transmitido paz, calma, alternativas.


La gente odia los lunes principalmente por dos cosas: odia su trabajo. Sí, sé que he dicho una, pero cuando digo una salta la otra de forma automática. Una no vive sin la otra. La gente (o un 80% de ellos y ellas) odia su trabajo. Entonces, cuando llega el lunes, se acaba el fin de semana y se ven sometidos de nuevo a esa rutina que no quieren, entonces, se quejan.


Pero la culpa no es de los lunes, sino de la gente. Si el fin de semana durara tres días, y en lugar de empezar la semana el lunes fuera el martes, la gente odiaría los martes y los lunes estarían mucho mejor vistos.


Como digo, los lunes me producen muchas veces placer. Días perfectos para ir al cine, para aprovechar la mañana libre (tras haber trabajado fin de semana) e ir a sitios porque normalmente están vacíos, con menos bullicio, menos gente vulgar, menos ruido social. Es lo mejor.

Hoy fue lunes y no fallé a mi cita personal. En otras circunstancias, claro, porque sigo buscando empleo y de momento las puertas no se abren. No cunde el pánico... de momento.


Envié unos mails, mandé mi primera colaboración de la semana, completé la lista de tareas pendientes en mi agenda (eso que siempre he hecho y ahora se llama sketch journal), y luego empezó una tarde para sanear la mente.


Me dejé llevar durante una hora con la fantasía de David Lynch en 'Atrapa el pez dorado' mientras me apliqué la última mascarilla que me regalaron. Empecé un retrato en Procreate probando una idea que me ronda la cabeza y que (si sale) puede abrirme nuevos proyectos personales (nada de trabajo). Seguí investigando sobre fotografía analógica porque llevo meses jugueteando con eso que antes era normal y ahora parece sacado de otro siglo.


Fue una tarde mentalmente reconfortante. La cosa se torció un poco sobre las 20:00, ya que decidí impulsivamente pedir cena y ahí mi lado wild echó algún plan por tierra.


Por cierto, durante la cena vimos 'The Mystery of the pink Flamengo'. Un falso documental que no sé si me gustó, me disgustó o me dejó igual que antes de empezarlo. Creo que no me gustó, pero tengo dudas, por lo que dejo la recomendación abierta y que cada uno se sirva si lo ve necesario. Un falso documental al que llegué gracias a una búsqueda de una canción que sale en una promo del Ministerio de Cultura antes de las películas en los cines Golem y Renoir. No he encontrado la canción, pero sí su autor, sí dónde sale (el falso documental de los flamencos), y al menos me voy a dormir habiendo resultado algún misterio. Y no el del flamenco, claro.


Los lunes molan mucho más de lo que os creéis. Hoy activé muchas antenas gigantescas (alquiladas, que comprarlas son muy caras) y pasé una tarde que necesitaba.

 

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