Hace unos días ya expresé algunas sensaciones sobre un viaje que voy a hacer esta semana. Y hoy vengo a expresar la misma ilusión, las mismas ganas y el mismo deseo de que llegue el momento en el que ya esté sentado en mi asiento del vagón. Ese momento.
Si me permites cumplir un sueño platónico (por lo que conllevaría, no porque sea imposible), creo que me encantaría vivir allí. Es una de mis ciudades favoritas. La descubrí en 2019 y 24 horas después ya estaba enamorado. Enamorado de sus paseos, de sus playas, de su centro histórico, de la tranquilidad de su vida, de su sala de cine, de sus museos, de su (extraordinaria) gastronomía, de sus librerías, del sentimiento de pertenencia, de su equipo de fútbol.
¿Es la ciudad más bonita de España? Si no lo es, muy cerca estará.
Sé que no va a hacer la mejor meteorología. Una pena. Evidentemente, todo sería más cómodo con algo menos de frío y algo menos de lluvia. Pero, pese a ello, va a ser un viaje tan deseado que ningún detalle será capaz de hacerme disfrutar. Simplemente, ese momento del primer café, mirando alrededor, viendo sus calles, sabiendo que estaré allí, ya es suficiente.
Subiré fotos en la sección Fotogramas de mi web y, evidentemente, escribiré algunas líneas a mi vuelta. Incluso ya he pensado en mi ya tradicional post durante el viaje en tren, que se ha convertido en una bonita rutina.
