Tener un buen jefe es clave.
Un jefe que te trata con respeto.
Un jefe que sabe dar directrices.
Un jefe que te valora.
Un jefe que te defiende cuando tiene que hacerlo.
Un jefe que te da las gracias muchas veces.
Un jefe que te muestra la apuesta que hizo por ti.
Un jefe que no estropea el trabajo hecho.
Un jefe que sabe lo que quiere y lo expresa bien.
Un jefe que es competente.
Un jefe que no ralentiza.
Un jefe que promueve el buen ambiente de trabajo.
Un jefe, o un líder, como quieras. Personalmente, más lo segundo que lo primero. Eso sí, no siempre ocurre.
Comentários