El Leeds no está viviendo una temporada como la que esperaban allá por agosto, cuando todo arrancaba y venían de firmar una digna, competitiva y muy positiva vuelta a la élite del fútbol inglés.
Sin embargo, el presente curso ha sido todo lo contrario. Negativo, insuficiente, decepcionante y muy gris para sus intereses. Han pasado de firmar un fútbol vistoso, atrevido y efectivo a, con el mismo estilo, convertirse en uno de los equipos con más problemas del campeonato.
El Leeds es candidato serio al descenso, y lo es porque han firmado una dinámica totalmente preocupante, ineficiente, insuficiente y plagada de tropiezos que, evidentemente, como parecía esperar por cómo se resuelve todo en el mundo del fútbol, tuvo consecuencias en el banquillo.
Marcelo Bielsa fue destituido como entrenador. Considerado uno de los mejores entrenadores de la historia reciente del club de Leeds, poco se tuvo en cuenta, pocos recuerdos se tuvieron a la hora de tomar la decisión y se concretó, una vez más, la injusticia de que la memoria es muy corta en el mundo del fútbol.
El técnico argentino dejó Ellan Road como uno de los señalados. La afición no opinaba eso, los jugadores, teóricamente, no apoyaban esa postura, pero lo cierto es que, si el equipo no firma buenos resultados y se toma una decisión sobre una persona, el señalamiento involuntario es tan directo como injusto.
Se marchó. Se fue. Se inició una nueva etapa con Jesse Marsch al mando del equipo y, así, se abría una puerta esperando que las noticias negativas dieran paso a las positivas, esperando que la dinámica deportiva del equipo mejore para evitar un descenso que, pese a que no es imposible, lleva semanas siendo una preocupación cada vez mayor.
Y por ahora el cambio de entrenador no tiene resultados positivos. El Leeds sigue provocando impotencia defensiva, sigue generando decepción semana tras semana a sus aficionados y el camino del equipo no ha mejorado como se esperaba.
Los Whites siguen en problemas, siguen sin sumar el porcentaje de puntos esperados, siguen opositando, cada vez más, al descenso esta temporada.
Todo ello ya sin Marcelo Bielsa. Todo ello reflejando que la decisión de su adiós fue tan improvisada, tan sin tener el control seguro del futuro y las consecuencias, tan injusta, que, evidentemente, todo está produciéndose como se esperaba.
Bielsa no era el culpable. Se sabía hace meses y se sabe ahora. Jesse Marsch tiene mucho trabajo y, sobre todo, muy complicado, puesto que pasan las semanas, pasan las jornadas, y la situación parece no mejorar y cada vez resta menos tiempo.
¿Se salvará el Leeds de la caída a Championship? Nadie lo sabe, pero lo que sí parece cierto es que Bielsa no era el culpable. Sin él, todo sigue igual.
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