Estudiaría fotografía sin tener en cuenta que es una profesión mal pagada y sacrificada.
Compraría esa casa en una aldea del norte de España en la que tanto he pensado.
Dejaría de lado el síndrome del impostor y vería realmente todo mi potencial personal y profesional.
Montaría mi estudio de podcast en casa.
Escribiría ese libro pendiente desde 2015 que sigue en la carpeta del ordenador.
Ya hubiera vivido en Reino Unido. Al menos haberlo intentado.
Hubiera tenido más relaciones sentimentales.
Publicaría en Twitter el 90% de cosas que pienso. Me autocensuro, sí.
No me culparía cuando no me dan las explicaciones necesarias.
Gastaría mucho más dinero del que gasto.
No me validaría a través del trabajo.
Dedicaría mi día a día a aprender, a cuidarme y a crecer personalmente. Y ya.
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