top of page

Reflexionar en voz baja


Reflexionar en voz baja, casi en silencio, interiormente, cubriendo la llama para que siga candente y no se apague. Pensar, dejarse llevar, soñar. Estar orgulloso, pero sin alardear. Estar viviendo algo histórico, pero en secreto, en la sombra, conscientes de ello, pero sin mayor foco que el del aprendizaje particular. Aprender de cómo no se deben hacer las cosas. Aprender que debemos prevenir, que luego la cura puede tardar mucho en cerrar. Escuchar esa llamada del mundo, escuchar de una vez por todas ese “¡Basta ya, me ahogo!” que lleva años gritando y que el ruido de una música cutre, ridícula y hasta obscena nos oculta. Mirar al horizonte sabiendo que vienen cambios, que muchas figuras que vienen hacia aquí son nuevas, diferentes, y prepararse. Hacer que todo esto sirva, que todo esto sirva de algo. Aplaudir a los profesionales, pero también a los vulgares. También tenemos mérito los vulgares que nos afinamos en casa. Leer, cultivarse, instruirse, reforzarse. Bailar, o mover los brazos y las piernas. Cantar, o emitir onomatopeyas indescifrables. Bailar y cantar. Mover los brazos y las piernas, y emitir onomatopeyas indescifrables. Asumir el conocimiento nuevo, asumir que hay vida en la sombra, que no por exponer más eres más consciente. Elegir bien las fuentes. En papel, en digital, pero elegir bien el emisor, elegir bien su mensaje. Huir de todo aquello que huela como esa casa de pueblo que lleva un año cerrada, como ese rincón de campo donde pasa sus vacaciones el riachuelo y nunca da el sol. Confinamiento efectivo. Aislamiento educativo. Cuarentena de aprendizajes.

0 visualizaciones

Entradas Recientes

¿Todo está bien?

Desde hace algunos años me di cuenta de algo. Algo que empezó siendo una casualidad, o quizás sólo empecé a ser consciente y siempre...

Bình luận


¿Te ha gustado este post?¿Te ha gustado este post?
bottom of page