Hace unos meses volví a estudiar. Te lo conté aquí.
Lo hice tras un impulso, hace un año exactamente, con vistas a futuro, con una gran distancia temporal por delante para mentalizarme. Poco a poco fui dándome cuenta que igual había sido un error. Un error, porque mi vida no es la misma que cuando era adolescente. Ahora, la rutina es muy diferente, mucho más ajetreada, y me imponía el hecho de quedarme de forma automática sin vida ni tiempo libre.
Empecé el curso. Empecé el curso, primero, porque en cierta medida me habían obligado, ya que consulté si podían realizarme una devolución de la matrícula (me había echado para atrás). Empecé el curso, segundo, porque ya no perdía nada intentándolo. Estaba matriculado, con todos los trámites llevados a cabo, con muchos créditos convalidados. "Vamos a intentarlo", pensé.
Sin embargo, debo confesarte que he dejado los estudios. He dejado de estudiar porque siento que no es el momento, porque siento que ahora mismo necesito aprovechar el tiempo libre que me deja el trabajo para otras cosas, porque siento que tengo otras prioridades, porque algo dentro de mí me pide algo más de calma.
Digamos que pasé hace unos meses de no tener trabajo, con muchísimo tiempo libre (que aprovechaba muy bien, sin estarme quieto ni parado), a dedicar 10-11 horas diarias a tareas que no eran el descanso ni hobbies. Evidentemente, el trabajo es el grueso y va a seguir siendo una cuota importante de mi rutina diaria, pero tener tiempo para descansar (tras un año mentalmente algo agotador) es una prioridad a la que debía hacer frente. El día de mañana, quién sabe.
Gracias por llegar hasta aquí ✌️
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