Hace un año aproximadamente, leyendo un libro de Byung Chul Han que encontré en mi safe place gallego, llegué hasta la siguiente conclusión: "Ahora, al ser más libres, somos más esclavos."
Desde entonces, pienso en ello muchísimas veces, porque creo que es una preocupante realidad que marca nuestras vidas, nuestras decisiones y nuestro día a día. La frase en cuestión explicaba que ahora, al ser más libres respecto a épocas pasadas de autoritarismos y censura, tenemos más competencia y agobios que nos acaba esclavizando.
Este ejemplo lo explica perfectamente. Tú eres libre. Yo soy libre. Ambos queremos el mismo puesto de trabajo. Por lo tanto, nos esforzaremos al máximo para conseguirlo, nos esforzaremos para ser mejores que el otro. Nadie nos obliga. No hay un régimen autoritario que nos dice que debemos hacerlo, pero lo hacemos. Lo hacemos porque ahora existe la competencia y nuestro papel es luchar por ello para conseguirlo.
Antes, quizás, nos hubieran dicho lo que hacer. A ti y a mí. A nosotros y a muchísima gente. Por lo tanto, todos iguales. Ahora nos dejan ser libres para que nosotros, por separado, de forma independiente (supuestamente) decidamos qué damos, cómo nos esforzamos.
Claro, podemos no hacerlo. Nadie nos obliga. Somos libres de hacerlo, o no. Pero, claro, si no lo hacemos, si no peleamos, si no nos esforzamos, no lo conseguiremos.
Insisto. Pienso mucho en ello viendo cómo evoluciona nuestra sociedad y cada vez me doy más cuenta de ello.
