El pasado viernes acudí a mi sala de cine de cabecera. Esta vez, vi el estreno de Spoiler Alert (en España, Quédate a mi lado), con Jim Parsons (Sheldon Cooper en The Big Bang Theory) y Ben Aldridge como principales protagonistas de la narración.
Me encantó. Me gustó muchísimo. Soy consciente de que está alejada de lo mainstream, de las megaproducciones que triunfan a base de estímulos constantes, agresivos, coloridos y activos. Lo sé, pero precisamente por eso, creo, entre otras cosas, me gustó.
La trama, los protagonistas, el reparto, que ocurra en Nueva York, la casa en la que viven, el drama que se va cociendo poco a poco, la evolución de ambos personajes, su duración (110 minutos). Todo ello forma un cóctel demasiado interesante como para dejarlo escapar. Y sí, sé que puede ser algo demasiado fácil de decir, pero sí, también puede ser algo importante como para no aceptar la propuesta.
Por primera vez en mucho tiempo, creo, siento la atracción de, si surgiera la oportunidad, verla de nuevo en el cine. La vi solo, y la excusa sería verla con mi pareja, a quien lancé mil estímulos para que la vea. Ir con ella, quizás, pueda ser la ocasión perfecta.
No es la película del año, ni la mejor que he visto en mi vida, pero es una obra maravillosa. Está súper bien producida, muy bien grabada, llega muy bien al corazón de las personas que la vean. Por ahora, eso sí, de las películas que más me han gustado este año 2023.
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