James Ward-Prowse se convertía en nuevo futbolista del West Ham el pasado verano diciendo adiós, así, a un Southampton en el que era toda una institución deportiva. Tras el descenso de los Saints, el centrocampista inglés llegaba al London Stadium para iniciar, así, una nueva etapa en su carrera deportiva.
Sus primeros meses como Hammer han sido positivos. Ward-Prowse firmó unas primeras jornadas extraordinarias, tanto a nivel goleador como asistente. Su protagonismo era rotundo, aparecía casi por rutina cada fin de semana y el West Ham brillaba con luz propia.
Sin embargo, el conjunto londinense no atraviesa el mejor momento de la temporada. Tras un buen comienzo, la regularidad ha dado paso a numerosos tropiezos consecutivos que han convertido la ilusión por estar en posiciones europeas en la incertidumbre de la zona media actual.
Y en este cambio, James Ward-Prowse. Considerado uno de los mejores fichajes de la temporada en este primer tramo de curso, su protagonismo ha bajado, su contribución al equipo se ha visto minimizada y, en consecuencia, casualmente, el rendimiento del conjunto londinense ha entrado en una pequeña crisis de resultados.
¿Tiene relación el bajo rendimiento del West Ham con el menor protagonismo de Ward-Prowse? Objetivamente, los datos pueden dar a entender que sí.
La diferencia del rendimento del equipo cuando aparece, o no, en materia de goles (marcando o asistiendo), es muy clara. Cuando marca o asiste, el West Ham ganó el 85'7% de los partidos, pero, en cambio, cuando no aporta directamente, el porcentaje de victorias baja al 25%. Un cambio notable, descendente. También ocurre en materia de derrotas. Cuando participa, sólo perdieron el 14'3%, mientras que en las últimas semanas el porcentaje ha aumentado hasta las 62'5%.
Se podría decir, objetivamente, con las estadísticas en la mano, que el West Ham sufre cuando Ward-Prowse no participa en los goles del equipo. Los resultados empeoran, cambian negativamente. La actual racha de resultados (sólo una victoria en los últimos siete partidos ligueros) presenta una irregularidad en la que, casualmente, el jugador británico ha perdido la explosión deportiva del inicio de curso.
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