El VAR llegó para cambiar el fútbol y lo está cambiando. Lo está cambiando, pero ¿para bien o para mal? Es una pregunta demasiado candente desde su implementación porque su presencia no ha conseguido solucionar algunos de los problemas presentes y, además, ha creado otros nuevos.
Eso sí. Parece haber diferencias entre ligas, parece haber diferentes puntos de vista según el país en el que entra en juego.
¿Por qué el VAR no es la herramienta perfecta en LaLiga?
La toma de decisiones dura una eternidad
Es imposible que una imagen que las aficionadas y aficionados ven en directo por televisión apenas segundos después de la acción, que vuelven a ver al avisar de que puede entrar el VAR, provoque un tramo de 2-3 minutos de partido parado para decidir qué ocurre. ¿Por qué debe verlo el árbitro si varios profesionales están viendo sí o sí la imagen? En Inglaterra, los tiempos son terriblemente más reducidos.
Provoca que los partidos sean muy largos
Hace unos años, ver un partido con cuatro minutos de añadido ya era un Rara Avis. Ahora, hay encuentros que se marchan a los diez minutos en las segundas partes, a los que se les debe sumar los de antes del descanso. Que la toma de decisiones sean largas provoca la primera desconexión del aficionado. Que el árbitro deba añadir más minutos, la segunda.
El trazo de líneas deja mucho que desear
Una de las piezas básicas del VAR es el trazo de líneas gráficas para demostrar si, por ejemplo, un jugador está en fuera de juego o no. Sin embargo, con un poco de conocimiento y lógica, muchas veces se ve que su exposición están mal realizadas, provocando que se explique de forma errónea y, así, creando puertas a supuestas conspiraciones. Además, a esto se le suma que la tardanza en mostrar imágenes facilita posibles ediciones de diseño.
Los planos televisivos usados varían
Pese a ser una de las ligas (supuestamente) más mediáticas del mundo, no siempre hay cámaras óptimas para demostrar si una acción es castigable, o no. O sí, pero a posteriori. Recuerdo una acción recientemente que se analizó en el VAR con un plano desde atrás, casi antagónico a la transparencia de lo que estaba sucediendo. No se veía nada. Claro, el VAR no señaló correctamente y, minutos después, entonces sí, se mostró la acción desde la cámara correcta. Raro, cuanto menos.
No existe un criterio unificado
Una acción es revisada a las 18:30 Horas y a las 21:00 no. Una acción es expulsión por la mañana y por la noche es amarilla. Otras veces ni eso. Una caída en el área es penalti claro el viernes por la noche y no es así el domingo por la tarde. Todo ello con un preocupante silencio arbitral que les permite adquirir estatus de intocables y crea una red de opacidad que llama a todo menos a la transparencia.
El árbitro sigue decidiendo
Por mucho que se quisiera vender que la tecnología privaría al colegiado de tomar decisiones y, al mismo tiempo, le eximiría de responsabilidad, lo cierto es que no. Al menos no al cien por cien. Los colegiados siguen decidiendo a la hora de usar el VAR, siguen opinando y todo sigue siendo más o menos igual que antes, pero con una revisión televisiva, un poco más de show (no sabemos si del bueno o del malo) y unos partidos que se alargan cada vez más.
