Escribo estas líneas partiendo del hecho que, sí, me afectan algunos comentarios negativos que llegan a mis interacciones. Ahora menos (no sé por qué), pero cuando llegan piensas "¿Por qué no te metes el dedo en el culo?".
Sin embargo, igual que digo esto, es cierto que me afecta menos. Bastante menos, realmente. Creo que las herramientas de Twitter para silenciar usuarios, bloquear o silenciar palabras, ha ayudado mucho. También la forma como me tomo todo ahora.
Twitter es para mí una herramienta relevante e importante. Cada uno tiene su red social favorita, tanto a nivel personal como profesional. Y está bien. Hay gente que funciona mejor en TikTok que en YouTube; otros, mejor en Instagram que en Twitter. En mi caso, la red del pájaro azul ha marcado mi vida profesional desde 2009.
¿Por qué el hate me afecta menos? ¿Por qué me importa menos? Ya he hablado muchas veces de esos momentos en los que la cabeza hace 'clic' y en este aspecto, me ocurrió hace unos meses. No tanto, como debería haber sido, pero es cierto que llegó un día en el que entendí al 100% cómo funcionan las redes sociales a nivel de comentarios y, entonces, dije "Ya está."
Las polémicas en Twitter duran un día. Algunas, horas. Incluso las grandes polémicas de las que se hablan en todos los medios, duran dos-tres días. No más. Poco más en todo caso. Por ello, respecto a los comentarios negativos que una persona puede recibir en Twitter (aunque creo que podría extrapolarse a otras redes) deben resbalarnos bastante, deben preocuparnos menos.
Si alguien nos insulta, si alguien opina negativamente, si alguien intenta ponernos en duda, tranquilas, tranquilos, a los cinco minutos ni se acuerda. Quizás el ego personal puede convertirse en algo negativo en este caso. Creemos que esa persona seguirá pensando en nosotros, cuando la realidad es que vomita, lanza su dardo, y se marcha. Es tal cual. Estoy convencido.
Los comentarios con hate duran poco, o nada. El día en el que nuestra cabeza cambia el planteamiento, ayuda, ayuda muchísimo. Todo esto, además, nace también desde el momento en el que me di cuenta que mi cuenta debe trabajar por días. Me pongo delante del ordenador o del smartphone y pienso en qué voy a poner ese día, o qué voy a programar. Y mañana, más.
Hace un momento, he compartido una imagen con un dato de Pep Guardiola. Ha tenido sus interacciones, incluso algo de feedback, pero ya está. Mañana nadie se acordará. Ni siquiera yo, seguramente. Por eso, calma. Cuando llegue un comentario desagradable, o que te toca el ego, tómatelo con calma, ya que en cinco minutos esa persona ni se acordará, no será algo serio y la vida seguirá totalmente.
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