He encontrado la excusa perfecta. La llegada de Mauricio Pochettino al banquillo del Chelsea ha sido un estímulo suficiente para retomar un libro publicado en 2018. En 2019, durante un trayecto Londres-Exeter, en tren, de unas tres horas aproximadamente.
Inicié un libro llamado Un Mundo Nuevo. El libro de Guillem Balagué con Mauricio Pochettino sobre su filosofía de fútbol, su experiencia y su vida como entrenador, por aquel entonces del Tottenham. Apenas leí 20 páginas. No recuerdo por qué. Supongo, la excitación de mi primer viaje en tren por Reino Unido, con esos paisajes. Paisajes desconocidos. Con estímulos. Con lluvia, con niebla, con terrenos verdes, húmedos, con conversaciones de las que entendía (con mucha confianza) un 40% y con los puntos puramente estéticos de aquel vagón. Supongo, por todo ello.
Sin embargo, como decía arriba, la llegada del técnico argentino al banquillo local de Stamford Bridge me ha hecho plantearme reiniciar (porque no recordaba nada) y ponerme a ello la lectura de este libro que, tras aquel viaje, poco o nada me interesaba. No porque no me pareciera interesante. Simplemente, el cuerpo no me lo pedía. Ahora sí, y en ello estoy.
Llevo apenas 60 páginas, tras la primera tarde, y me está gustando mucho. Me gusta mucho porque me hace ir hacia atrás en el tiempo, cuando encontraba contenidos en Internet que me permitían ir más allá de los partidos, de lo puramente futbolístico. Por aquel entonces, vídeos de YouTube, ruedas de prensa o entrevistas que no eran precisamente accesibles por medios normales. Pero este libro, al desvelar interioridades de un equipo de Premier League, de esas rutinas que no salen a la luz fácilmente, me ha hecho entrar en trance, prácticamente.
Quiero entender a Pochettino. Quiero saber (o intentar saber) por qué tomas según qué decisiones, cómo es capaz de gestionar (o no) los posibles problemas que puedan surgir. Por ello, ahora, en verano de 2023, cinco años después de la publicación del libro, seis años después de los hechos que narra, he sentido que es el momento perfecto para ello.
Pero, como digo, me está permitiendo reconectar con una etapa pasada muy especial, cuando sembré el germen de lo que ha venido años después. Me queda bastante, pero ya he sentido algo especial y ya puedo decir que ha valido la pena.
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