Phil Foden se ha consagrado en la élite. Lo que parecía una excelente promesa del fútbol inglés y del Manchester City se ha convertido en una estrella emergente del fútbol que ha llegado para quedarse.
Pep Guardiola confesó en sus primeras semanas como técnico del conjunto de Manchester que Foden le había enamorado futbolísticamente. Su calidad, su técnica, su desparpajo, su electricidad con el balón en los pies. Todo. Y ahora, la confirmación de sus expectativas.
Es cierto que Foden forma parte de la dinámica del equipo desde hace varios años y ha conseguido éxitos tanto a nivel individual como grupal. Pero está siendo esta temporada cuando está firmando más actuaciones, más partidos excelentes, tanto en Inglaterra como en Europa, y está siendo cuando parece haberse consagrado.
Su fútbol ya supera las fronteras de las islas británicas. El poder mediático de la Premier League ayuda, pero en el caso del jugón del Manchester City no exagera. Se adapta perfectamente a la realidad y confirma que los pensamientos y comentarios que acumulaba en las categorías inferiores del equipo no eran casualidad.
Phil Foden se ha convertido en otro de los complementos de lujo de Guardiola. El conjunto Sky Blue, pese a ser considerado uno de los mejores equipos del mundo, efectúa rotaciones como rutina. Salvo Kevin De Bruyne, ninguno de los futbolistas tienen el puesto asegurado. Y no por falta de calidad, sino porque el técnico catalán mantiene activos a todos los cracks.
Mahrez, Foden, De Bruyne, Sterling, Bernardo Silva y Jack Grealish forman un equipo de jugones a la altura de muy pocos, o ninguno, en el mundo. En ese escenario de igualdad máxima, de competitividad, de competencia, que permite a Foden exigirse el máximo a diario.
El resultado: un futbolista extraordinario que está viviendo una temporada brillante.
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