Era un lunes festivo en un andén cualquiera del extrarradio de Madrid. Esperaba al siguiente tren. Esperaba y, al fondo, lejos de mi posición, algo llamaba a la atención. Algo destacaba. Algo se salía de la normalidad.
Un tubo de luz parpadeaba. Era el único. El resto, funcionaban a su latencia habitual, dejándose llevar por la rutina. Sin embargo, este, modificando su regularidad, mostrándose de alguna forma herido, parpadeante, mucho más irregular que habitualmente.
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