He hablado muchas veces sobre mis visitas a La Central, en Callao. Pero siempre salgo con la misma sensación, con la misma innata creatividad latente. Voy menos que antes, lo reconozco. Pero creo que ahí recae la gran clave. Antes iba más a menudo y, aunque también conseguía conectar conmigo mismo, ahora sé que todo fluye mucho más. Ir menos hace que vea más novedades, que haya nuevos libros, nuevos materiales, nuevos estímulos. Es maravilloso.
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