Desde que Elon Musk llegó a Twitter, la red social vive un estado de forma irregular, con idas y venidas, con servidores colapsados, con caídas, con errores, mientras que mantiene su ritmo de violencia verbal (escrita), su sensación de realidad que realmente no es tal y con su foco demasiado importante y relevante.
Twitter no atraviesa su mejor momento. Mantiene su estatus de red social por excelencia, pero nadie sabe hacia dónde va, ni qué va a pasar, ni cómo va a evolucionar, o involucionar.
Tal es el caos que ni siquiera la red social sabe qué está pasando. Así nos lo pregunta cuando vamos a publicar un tweet. Ahora con signos de exclamación incluidos.

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