Hace aproximadamente un año, durante una escapada a mi safe place gallego, me vi matriculándome en la universidad. Casi sin darme cuenta. De forma totalmente improvisada. Aquel día, seguramente, hubiera sido la última cosa en la que hubiera pensado al despertarme.
Pero ocurrió. Tras recibir un mail que denegaba una posibilidad que tenía en mente, mi cabeza hizo clic, llamé a una persona cercana de mucha confianza, me dio el visto bueno y me vi envuelto en una matrícula que empezaba a romper una puerta abierta de mi pasado.
Me matriculé hace un año, pero era para el curso 2022-23, el actual. Llevo poco más de un mes estudiando y debo confesar que tengo sensaciones contrarias.
Me matriculé de seis asignaturas para este primer curso, tres por cuatrimestre. No quería arriesgarme, porque no estudiaba desde 2010 y no sabía cómo iba a poder gestionar todo. Por aquel entonces, no tenía trabajo, pero ahora sí, entonces la gestión de trabajar y estudiar (que siempre había rechazado para dar el 100% en cualquiera de los casos) se presentaba como una posible barrera. Además, conseguí que me convalidaran seis asignaturas (medio curso) y eso hacía que el balance fuera más o menos a mi favor en el global.
Digo que siento contradicciones porque la asignatura que está relacionada al 100% en estos estudios la llevo bien, muy bien. Me interesa, vamos. Las otras dos son las que normalmente se introducen "de relleno", porque debemos tener una base. Una base que nada o poco tiene que ver, pero hay que cursarla y aprobarla, claro. Es por estas asignaturas por lo que tengo sensaciones agridulces. Sé que es el precio a pagar del primer curso y que luego todo será más interesante y ameno, pero no puedo evitar que me esté costando más de lo esperado.
En líneas generales, me gusta. Creo que lo estoy llevando bien (excepto por la falta de tiempo libre que llevo entre trabajo y estudios), y considero que es posible aprobar (sobre todo gracias a las prácticas). Ya vivo en primera persona cómo se desarrolla todo y accesible si te organizas bien.
Estoy haciendo un gran esfuerzo y sé que me pesa un poco, pero también estoy poniendo en práctica el punto de vista de que el día de mañana no me acordaré y todo habrá pasado. En esas estoy, disfrutando de una parte de la teoría, trabajándome mucho las prácticas y teniendo muy adelantado el estudio. Queda mucho para los exámenes y sé que tengo tiempo para repasar y perfeccionar todo, pero no puedo evitar pensar en esa prueba, porque, como dije antes, no estudio desde 2010.
He cumplido mi primer mes como universitario. Es poco tiempo y quizás para quien lea estas líneas puede ser algo normal, pero tras llevar 12 años sin estudiar y compaginándolo con el trabajo el reto es importante para mí. El segundo cuatrimestre creo que irá todo mejor. También creo que (sin saberlo) he podido escoger dos de las asignaturas que más me pueden costar en este primer curso y, sinceramente, cuando antes me las quite de encima, mejor.
Quizás comparta más sensaciones en el futuro.
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