Tenía pendiente de ver Pacifiction desde que salió en cines. No la pude ver porque, sinceramente, me daba algo de pereza. Siempre parecía tener opciones más interesantes por delante. Sus 165 minutos (2 horas y 45 minutos), creo, tenían bastante que ver. Pero no sólo eso. Llegó hace unas semanas a Filmin, la veía a diario ahí, en mi lista de Ver Después, pero sentía lo mismo. Demasiado para el cuerpo y nunca encontraba el momento perfecto.
Debía ocurrir algo similar a lo que ocurrió este pasado fin de semana. No ocurrió nada extraordinario (creo), simplemente ocurrió. De forma improvisada, la vi. De forma inesperada, me quité esa tarea pendiente. ¿Cómo pude llegar a "agobiarme" por no ver una película que me daba pereza? Eso es otro tema, supongo.
La vi, y tengo algunos comentarios:
La fotografía me parece excelsa. Planos maravillosos. Los colores, una locura. Los movimientos de cámara, sensacionales.
El ritmo es lento, muy lento, bastante lento. Quizás por eso dura lo que dura. Albert Serra, el director, nos somete a escenas que parecen eternas, en las que todo se cuece a fuego lento. Una detrás de otra, pero sin prisas.
La historia no me parece nada del otro mundo, sinceramente.
La película demuestra que no es necesario grandes giros ni escenas cargadas de violencia o tensión para que los conflictos se resuelvan con éxito.
Benoît Magimel, actor que protagoniza el papel de De Roller, me parece extraodinario. La elegancia que transmite, la calma con la que ejecuta, la tranquilidad con la que conversa. Toda la película gira en torno a él y lo firma sin altibajos.
La diversidad social de la película es un fantástico trabajo en un escaparate gigante como el cine.
Nueva obra en la que ver a Sergi López, un actor que tiene trabajo de sobra fuera de España, en obras extranjeras, y aquí se le tiene como silenciado en los grandes focos.
Como dicen, café para cafeteros.
Me daba pereza y en cierto sentido lo entiendo. No me ha sorprendido, porque sabía que tenía cosas muy interesantes y el ritmo era lento. Pero es cierto que está grabada de forma magistral y la fotografía consigue atrapar. Son casi tres horas, pero si te animas, creo que encontrarás cosas interesantes. Eso sí, desconecta el chip del ritmo vertiginoso que nos engulle hoy en día.
Me ha gustado, eso sí. Una película diferente, para saborear a otro ritmo.
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