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Lo estoy consiguiendo

Hasta hace un tiempo, tenía un problema de primera mundo. Digamos, la típica problemática absurda, que realmente no es importante, pero que nos autoinstalamos para sentirnos obligados. Hablamos de esa lista de libros pendientes que tenemos en la estantería. Una lista que, pese a existir mentalmente, no nos priva de seguir comprando más libros, pese a que sabemos que tenemos otros ejemplares esperando en casa.


Este 2023 estoy consiguiendo minimizar esa lista de libros. Fue algo automático, improvisado. Cuando comía las uvas durante la pasada medianoche del 31 de diciembre, confieso, no estaba en mis planes leer todos mis libros pendientes como uno de esos objetivos del año. No. Fue a raíz del mes de febrero, a finales más precisamente, cuando de repente me vi ante un horizonte sin demasiados libros interesantes que comprar y sin ningún lanzamiento a la vista.


Casi de forma automática, me vi echando mano de varios libros aparcados. Primero, uno. Luego, otro. Y así hasta haber conseguido el último grupo de libros seleccionados. Ya he conseguido leer muchos de ellos. Una rutina que me ha servido para encontrar libros muy interesantes, pero también otros que me han confirmado que esa pereza por leerlos estaba bien asentada. Hay libros que me han dejado demasiado decepcionado.


Ahora, mientras escribo esto, tengo una última lista. Una última lista de once libros (12 si tenemos en cuenta el que tengo entre manos) que leeré en próximas semanas y que me dejará una sensación cercana a la paz. Seguramente, compraré nuevos, adquiriré más libros, pero con la tranquilidad de que, ahora sí, los voy a leer.


Este 2023 estoy realizando varios retos, y entre ellos está aumentar mi productividad de lectura. En 2020 empecé a retomar mis hábitos de lectura. En 2021 me puse más en serio. En 2022 firmé el año que más libros leí. Y ahora, en 2023, sé que estoy viviendo el año de más lecturas de mi vida con un ritmo que (hasta hoy) está siendo de un libro semanal.


Es un reto importante y quiero disfrutarlo, porque sé que será complicado mejorar los registros de este año. Sin embargo, en 2024 sabré que habré cumplido un reto importante, muy relevante, y ya no será nada serio. Pero estamos en marzo y hasta diciembre queda un fantástico camino para seguir leyendo, desconectando y creciendo.


Lo dicho. Por ahora, llevo siete libros pendientes leídos y la cifra aumentará considerablemente, porque sé que va a pasar. A ellos se sumarán nuevos libros, más todos aquellos de consulta en dibujo, fotografía o audiovisuales que suelo usar habitualmente.

 
 
 

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