Recientemente, llegué hasta un texto de Time Out Madrid en el que se recopilaban 25 cosas por las que (supuestamente) estaban orgullosos los madrileños y madrileñas.
Yo no soy madrileño, soy de València, pero llevo viviendo en la capital española desde hace seis años de forma continua. A ello debo sumarle una etapa más corta, de cuatro meses, que viví en 2015. Por ello, por todo ello de hecho, creo que tengo la experiencia personal suficiente como para debatir si estos aspectos que pregonan en Madrid son verdad, o no.
Me hago eco del texto de Time Out y al lío. Opino desde mi experiencia. Como diría algún medio de comunicación sensacionalista, ellos te venden su moto, aquí te diremos la verdad:
1. El agua de Madrid está mejor que ninguna otra .
Que esté mejor que en otros lugares de España no quiere decir que esté buena. Por mucho que quieran decir, tiene cierto toque a cloro o lo que le echen. Yo soy de València. Si la comparas con la que hay en mi casa, está buena. Si la comparas con agua embotellada, no está buena. Por eso, creo que el agua de Madrid (como otras tantas cosas), está sobrevalorada. De hecho, en una cata de aguas que hicieron en El Comidista la catalogaron como "Agua de pantano".
2. La hospitalidad. Basta con llegar a Madrid para sentirse de aquí .
Llevo viviendo de seguido seis años. He vivido aquí casi siete, en diferentes etapas. Sigo sin sentirme de allí. Esto, evidentemente, es muy personal y muy subjetivo. El tema de la hospitalidad debe cogerse con pinzas. ¿Es hospitalario que, allá donde vayas, te traten como un turista aunque vivas allí de continuo? Personalmente, no me parece hospitalario.
3. La diversidad. Si en esta ciudad a nadie le importa de dónde eres, tampoco tu aspecto, tu raza, tu religión, tu orientación sexual o tus gustos estéticos .
En este caso, sí. Creo que sí. Apoyo la afirmación, pero también quiero hacer un apunte. En Madrid hay ataques por racismo, por homofobia, por intolerancia religiosa. De hecho, creo que hay muchos más de lo que se dicen y es lo que me da pena, porque puede ser una falsa idea de que la gente es diversa y todo es Alicia en el País de las Maravillas, y no. No es así.
4. Las cañas. No queremos mirar a nadie, pero hemos viajado por ahí y es un hecho .
No soy de tomar cañas, pero sí es algo demasiado importante en el día a día de la vida en Madrid. No digo que sea algo exclusivo, pero es algo muy presente en la sociedad de Madrid. De hecho, Isabel Díaz Ayuso hizo campaña con éxito (para ella, claro) con ello. Vas por la calle y ves las terrazas a tope casi a diario. Entras a un bar, y la caña está presente en muchas de las mesas. Por algo será, supongo.
5. Las tapas. Y si hablamos de cañas, hablamos de tapas .
Defendemos las tapas por encima de cualquier cosa. Pero las tapas de España, en general. En Madrid hacen un fantástico trabajo en ese sentido. Te tomas dos cañas, o refrescos, y te vas cenado a casa por cuatro duros. Es una realidad.
6. Los bares son tan importantes para los madrileños como el aire que respiramos .
Más que los bares, la rutina de reunirse en torno a una mesa y desconectar y reparar el país. Los bares de Madrid son buenos generalmente, pero también hay bares buenos en el resto de país.
7. La cercanía. Madrid está cerca de todo .
Digamos que sí, o más que cerca de todo, está a una distancia similar de muchos lugares. Su posición central, hace que prácticamente cualquier viaje desde Madrid (en tren, por ejemplo) esté entre 2 y 3 horas. Eso provoca que las escapadas sean mucho más accesibles.
8. El Metro de Madrid es uno de los mejores del mundo .
Por la experiencia que tengo respecto a otros metros, el de Madrid es una genialidad. Por opciones, por horarios y por dinamismo. Es un fantástico servicio. Ahora, con la bajada de precios, bastante mejor. Te puedes recorrer Madrid de este a oeste en media hora, fácilmente. En metro, estás a 10-15 minutos, de prácticamente cualquier punto. Además, pasa un tren cada 3-6 minutos, según la hora. Pero, personalmente, es algo fantástico. En València, por ejemplo, de donde soy, pasa cada 15 minutos, y la diferencia es abismal.
9. La noche. En Madrid da igual que sea lunes o viernes: siempre era un buen momento para salir .
Me hace gracia que esto lo expongan como algo positivo. Ahora, que vivo en el centro, se ha convertido en una pesadilla para mí. Como dice, da igual que sea lunes o viernes, siempre hay ambiente, jaleo y poco silencio. Un sábado lo puedes entender (nunca entenderé, sinceramente, por qué alguien se divierte gritando o cantando a viva voz), pero cuando ocurre un martes o un miércoles, teniendo que madrugar al día siguiente... La cosa se complica.
10. El centro. Todo el centro de la capital merece ser descubierto en profundidad .
Siempre he vivido en el centro. Tiene el inconveniente de los precios, pero es cierto que vivir ahí te ofrece una variedad de planes e ideas que no ocurre en otro lugar de la ciudad. Hablo de la ciudad. Exponer esto como algo "característico" de Madrid es como decir que el cielo azul de Madrid es más bonito que el de Barcelona. Es decir, nada exclusivo ni especial. Eso sí, el centro ofrece una variedad de planes y opciones que es muy importante.
11. Madrid Río. Cuesta encontrar a un madrileño que no esté contento con este gigantesco espacio verde .
Quizás, porque no soy madrileño, pero no estoy contento con este gigantesco espacio verde, como dicen. Creo que he ido una vez en mi vida, y sí, puede ser un plan interesante, pero me parece que está un poco sobrevalorado. Hablar de "río" cuando no tiene casi agua es otra de esas cosas que imponen mediáticamente y que no se corresponden a la realidad más veraz.
12. El cielo. En pocos sitios los atardeceres son más espectaculares que en Madrid .
Esto es una verdad incontestable. La luz del atardecer de Madrid y el cielo que ofrece es impresionante. Cada día puedes hacer fotos fantásticas y al día siguiente volverías a sacar el móvil o la cámara para hacerlo de nuevo. Eso sí, tiene una explicación, o al menos una hipótesis. La luz del atardecer de Madrid podría ser producto de la contaminación de la ciudad. No me extrañaría, pero es cierto que eso no silencia las maravillosas panorámicas que se pueden ver prácticamente el 80% de las tardes.
13. Los museos. El Prado, el Thyssen, el Reina Sofía... Madrid tiene arte para aburrir .
Sin duda. A veces es algo en lo que pienso. Cuando te dejas llevar por la rutina, no lo valoras, pero cuando te paras a pensar que sales a hacer deporte y pasas por el Paseo del Arte es un privilegio que se debería valorar más. La variedad y oferta de planes artísticos es demasiado importante como para no valorarlo. Eso sí. Si fuera más barato, o gratis (como en capitales como Londres), sería genial. Está guay ir a museos, pero si la entrada supera los 15 euros hace que alguna vez te lo pienses...
14. La Gran Vía. Hay muchas calles emblemáticas en Madrid, pero ninguna con el encanto de la Gran Vía.
¿Encanto? Debo perderme algo, en serio. Sólo veo tráfico mayúsculo (y eso que ahora es menor), aglomeraciones de gente y personas que van a pasear y andan lento. Sí, miras para arriba y te quedas fascinado. Sí, miras hacia el frente subiendo hacia Callao y tienes a tu alcance panorámicas famosas y conocidas en el país. Pero, luego, te paras a vivir el momento y es un agobio enorme. Muchas veces he ido a Gran Vía concienciado en no dejarme llevar por la vorágine, y de repente me veo andando muy rápido, esquivando gente, yendo de izquierda a derecha e inmerso en la película Jumanji.
15. El Madrid los Austria. El encanto que atesora cada rincón del Madrid de los Austrias es sencillamente único .
Es una zona sencillamente bonita. Ya vayas a pasear, o a hacer fotos, o a tomarte algo en algunos de sus carismáticos locales, es una visita casi obligada si vas a Madrid. Reconozco que no voy todas las semanas, pero cuando te dejas caer por allí, se respira algo especial. Es elegancia, Historia.
16. Los parques de Madrid son perfectos para perderse .
Es una opción muy interesante. El que más visito es El Retiro, y es una opción súper acogedora. Eso sí. Al principio, iba a los sitios turísticos (Palacio de Cristal, el lago, la entrada de la Puerta de Alcalá...) y ahora reconozco que he ido modificando mi trayecto para no caer en la masificación provocada por visitantes. Lo bueno de El Retiro es que puedes encontrar tu rincón acogedor más allá de los grandes focos.
17. El clima. Nada comparable a sufrir los rigores del clima extremo de ciudades en las que hay humedad .
En este caso, tengo voz y voto importante. He vivido toda la vida en un pueblo cercano a València, he ido a València, y ahora vivo en Madrid. El clima tiene diferencias notables. La humedad de València es física, se nota. Siempre digo que bajo del tren en Joaquín Sorolla y recibes una bofetada del calor. En Madrid, no. Eso sí, creo que en Madrid hace más calor (de temperatura) que en València, pero la sensación térmica es mucho mayor en el litoral. Y en invierno, algo similar. En València, el frío se te mete en el cuerpo, mientras que en Madrid su clima es más "seco" y, sí, hace frío, te tienes que abrigar, pero ya está. Te abrigas y ahí acaba todo.
18. El acento. La verdad es que sabemos que tenemos acento madrileño, pero nos encanta .
No me enamora especialmente el acento madrileño. De hecho, le tengo algo de tirria. En España tenemos la suerte de ser variados, de tener una enorme variedad de pueblos y sociedades, pero un acento que tiende a lo chulesco, o a lo macarra, sinceramente, no es que me atraiga mucho. Eso sí, por suerte, no lo tengo demasiado cerca. Mi entorno es madrileño y no hablan así.
19. El Rastro. Darse una vuelta por el Rastro debería ser obligatorio para obtener el carnet de madrileño .
Me gusta porque tiene algo especial, tiene algo de "mercado de pueblo", de cuando éramos pequeños, pero la cantidad de gente que hay quita cualquier gana de quedarse. Si vas pronto, bien, mejor, pero como vayas a partir de las 11:30 la cosa se complica muchísimo. Hay poco espacio y la cantidad de gente es gigante. Si vas con prisa, estás perdida, perdido.
20. La Feria del Libro. El paraíso de los amantes de la literatura está en Madrid .
Me parece un avento especial, mágico, pero catalogarlo como algo exclusivo de Madrid me parece excesivo. Por suerte, todas las ciudades tienen su feria del libro.
21. La Movida. A la hora de desmelenarnos, en Madrid somos únicos .
Vamos a empezar a quitar méritos a esa época cultural (por llamarlo de alguna forma) de Madrid. En La Movida había droga, había descontrol y según qué calles de Madrid no eran precisamente seguras. Entiendo que pasó en la capital y, a partir de ahí, cualquier cosa se exagera y se asume como magnífica, pero La Movida no fue tanto como se dice. En muchas otras zonas de España hubo movimientos similares con mucho menos foco.
22. La música. La música ha seguido siendo seña de identidad de la capital desde La Movida .
Ni sí, ni no. Es un punto que, si aparece como algo súper identificativo, creo que está exagerado. Si no aparece, quizás me faltaría. Ni tanto, ni tampoco.
23. Los barrios. Quien viene a Madrid y sólo conoce el centro de la ciudad se está perdiendo buena parte de su magia .
Doy fe. Antes, cuando estaba recién llegado, no salía del centro. Como decía líneas arriba, siempre he vivido en el centro. Pero ahora reconozco que si sales, encuentras rincones muy interesantes. Hay ciertos barrios madrileños que, por ser de la capital, tienen un foco inmenso cuando tienen poco de interés. De hecho, algunos están bastante blanqueados para lo que realmente son y no se dice. Eso sí, hay vida más allá del centro. En general, también. Hay vida más allá de Madrid.
24. El mejor chocolate con churros sigue siendo el de Madrid .
No lo sé, porque el chocolate no es uno de mis puntos fuertes. Lo que sí puedo decir es que hay ciertos bares especializados en este "plato" y suelen estar a tope siempre. No creo que tanta gente se equivoque. Pero, bueno, el mensaje de "El mejor chocolate con churros" ya me echa un poco para atrás.
25. No estamos especialmente orgullosos de ser madrileños .
Estoy de acuerdo. Mi círculo cercano no es algo de lo que alardeen. Yo tengo mi teoría. Madrid siempre ha estado relacionada al régimen, y en consecuencia al país. Ahora alguna política afirma que "Madrid es España", y creo que eso lo tienen muy interiorizado. Tú vas a Galícia, a Andalucía, a Catalunya o a la Comunitat Valencia y ves cultura propia, tradiciones, gastronomía... Pero en Madrid muchos se ven reflejados más en el sentimiento español que madrileño. De hecho, hace un tiempo descubrí que tenían himno, y algunos madrileños se enteraron por mí. Un ejemplo claro de que no hay orgullo de ser madrileño. Al menos así lo veo yo.
Para saber si esta lista está estirada, simplemente debemos darnos cuenta de que hablan del Centro y luego de varios rincones del Centro, o en lugar de hablar de gastronomía, lo reparten en varios puntos. No hay más argumentos, señoría.
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