La heroica victoria del Manchester City frente al Crystal Palace dejó una imagen que, sin decir nada, refleja todo el potencial que tiene el combinado inglés para esta temporada.
Erling Haaland firmó su primer hat-trick en Inglaterra de forma épica al ayudar de forma directa y plena a la remontada del equipo (perdían 0-2, acabaron 4-2). Su figura fue de las más destacadas y se produjo una de las imágenes más espectaculares.
La instantánea captaba el saludo efusivo de Pep Guardiola con Haaland cuando el noruego fue sustituido. La cara del técnico catalán. La imponente figura del delantero nórdico. Una captura que reúne en apenas espacio las aspiraciones del Manchester City esta temporada. Dos absolutos referentes para la afición, para el equipo y para el proyecto, frente a frente, saludándose, celebrando un objetivo común.
Guardiola, uno de los mejores entrenadores del planeta. Seguramente, el mejor. Haaland, uno de los mejores delanteros del mundo y uno de los fichajes más prestigiosos del pasado verano. Dos auténticos genios en sus respectivas parcelas profesionales coincidiendo (con permiso de otros como Ederson, Rúben Dias, Cancelo o De Bruyne) por un objetivo común.
Los aficionados y aficionadas Sky Blue puede, sentirse terriblementes ilusionados, confiados y tranquilos por lo que pueden presenciar durante el largo y ancho de los próximos meses hasta el final de la presente temporada.
La imagen es imponente. Los dos referentes incontestables. Saludándose de forma épica, efusiva, dejando claro que su nivel competitivo (que ya de por sí está por encima de muchos profesionales en sus mismos puestos) está muy alto y que quieren aspirar a absolutamente todo.
La pregunta es sencilla para la afición del Manchester City: ¿es mejor tenerles en su equipo o como rivales? La respuesta es sencillamente clara.
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