Tenía muchas ganas de escribir, expresar y publicar este post. Llevaba mucho tiempo queriendo dar un aire nuevo a la web. De hecho, últimamente he publicado muchísimo menos de lo que me gustaría, pero tiene explicación y fundamento. Todo se debe a un cambio que, si sois lectores fieles, habréis notado. Tanto a nivel estético como a nivel interno, he llevado a cabo modificaciones en la web que me obligaron durante un tiempo a no poder publicar. Pero ya está. Todo solucionado y finalizado.
Hace unas semanas, en una madrugada invernal en el centro de Madrid, con mi fiel compañía de la radio nocturna, encontré una plantilla web que me enamoró. No tiene misterio. Es la que ahora tiene la web. Me enamoró, me entró por la mirada. De repente dije «la quiero» para mí. Pero existía un problema, porque era de WordPress y yo usaba Wix. Al día siguiente escribí a un informático de confianza para plantearle una serie de cambios para dar un cambio a todo esto. Desde la estética hasta los servidores. Desde las secciones hasta la forma de ofrecer contenidos. Y me llevé una alegría cuando, días después, me confirmaban que mis aspiraciones tenían una base sólida, que podían cumplirse.
Y aquí estamos, de nuevo, otra vez, una vez más. He cambiado el diseño, la herramienta para gestionar la web y ahora enfoco todo mucho mejor. Tenía cierto temor a que no me gustara el resultado final, pero he quedado bastante satisfecho. Buscaba algo minimalista, simple, que otorgara la importancia en lo que se cuenta y no tanto en lo que brillen las cosas. Es la principal misión de esta web. Tengo mis apartados profesionales, mis secciones donde explican quién soy, a qué me dedico, pero quería guardar mis rincones para publicar textos. Unos textos que me dan la vida y que disfruto muchísimo cuando encuentro el hueco perfecto para poder publicar.
Espero que a partir de ahora esto que a veces nace de huecos libres se convierta en algo más de rutina, como hace meses. Una vez realizados todos los cambios, estoy de vuelta.
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