The End of the F***ing World fue una serie que me gustó mucho. Más allá de su historia, su guión y lo que narran sus capítulos, me enamoró por su fotografía y el trato de su imagen. La primera temporada me gustó, pero si debo quedarme con una temporada supongo que debo sincerarme y elegir la segunda, y última.
Pero, como digo, me gustó mucho su calidad de imagen, su fotografía, cómo está grabada. Eso, y Alex Lawther. No sé qué tiene este actor, pero me encanta, me atrae mucho cómo desarrolla sus papeles. Siempre me transmite la sensación de ser un paranoico, de estar más bien loco. Su mirada, sobre todo su mirada, y la palidez de su rostro. Es un actor que me gusta mucho, pese a que (reconozco) tampoco le considero uno de los mejores del mundo. Me atrae, me gusta su trabajo, y eso ya es suficiente.
Digo todo esto porque sentía la necesidad vital de volver a verla, de volver a perderme en la huída de sus personajes, en su road movie particular, en sus localizaciones. Me encanta. Me pasa algo similar con la película Submarine. A veces necesito desconectar y meterme de lleno en ese contexto.
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