Es increíble cómo nos exigimos tanto por tantas tonterías. Vivimos inmersos en una sensación de hiperactividad para la que no estamos preparados. No lo digo yo aquí en estas líneas así porque sí. Está demostrado por estudios. Así lo he leído y así lo he escuchado en muchos podcasts. El ser humano, en su naturaleza, no está hecho para lo que estamos viviendo desde hace años a nivel de carga mental. Las consecuencias son las que son.
No vengo aquí a descubrir América ni desvelaros el gran misterio, pero es una locura cómo nos planteamos dilemas, situaciones o tareas que no tienen ni el 80% de la importancia que le asignamos.
¿No os ocurre que podéis llegar a agobiaros por tener muchas series que ver, muchos libros pendientes para leer o muchos episodios de podcasts por escuchar? De hecho, la sección de Borradores de este blog es uno de esos ejemplos. Suelo apuntar ideas que se me ocurren para tratar en modo fugaz o más pausadas, o guardo textos que escribo y no publico en el momento.
Pues algo así he hecho hoy. O relacionado a ello.
Hoy me he sentido liberado y como que me he quitado un peso de encima. Un peso que no era tal realmente y una libertad que me había quitado yo de forma.
He reordenado mi lista de "Ver después" de YouTube y he reorganizado algunos vídeos que quería ver, pero que sé que no lo haré en breve. Digamos que guardo entrevistas y reportajes que se salen del contexto "típico vídeo corto que te ves comiendo entre semana", y que sí quería ver. Entonces, los he organizado en listas de reproducción. Primero, por tenerlos mejor localizados y, segundo, para liberar y airear la lista de "Ver después". Esa lista era algo así como un desván que nunca abres, que está lleno de trastos, que no sabes por qué guardas y que generan eso, agobio.
Tenía casi 300 vídeos para ver y me generaba agobio ver tanta cantidad de contenido. Sobre todo porque sabía que muchos de ellos ya ni me interesaban. Entonces, me metí, borré los que sabía que no iba a ver y cambié de lista los que sí me parecen interesantes de verdad. El resultado es liberador, sin duda, pero es una sensación tan agradable como absurda.
Como escribí antes, ¿por qué nos generamos ese agobio con cosas que no son vitales? No niego que haber dejado la lista en poco más de 50 vídeos me ha generado alivio, pero (insisto) es una liberación artificial. He puesto un poco de orden. Me gusta esa sensación, claro que sí. Pero es increíble cómo hemos llegado a estos agobios tan tontos e innecesarios.
