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Foto del escritorEsteban Gómez

Ha ocurrido algo fascinante

Era sábado. Aparentemente, un sábado más de trabajo. Ya estoy acostumbrado a trabajar los fines de semana. Cuando te dedicas al mundo del deporte en medios de comunicación o, como ahora, en redes sociales, estás expuesto a ello. Al principio dolía, pero luego te das cuenta que se trata de adaptarse, de una rutina normal, como cualquier otra. Yo sigo teniendo mis días libres a la semana, pero no como la sociedad tiene prevista, en fines de semana. Como digo, algo asimilado. Sin problemas.

Era un sábado de trabajo que estaba transcurriendo fantásticamente. Con todo organizado y controlado, dediqué gran parte de mi jornada a matizar, a finalizar tareas, e incluso a adelantar. Así me lo organicé, y así sucedió. Adelanté ciertas tareas que me va a venir bien de cara a la siguiente semana, por lo que ya de por sí fue un sábado productivo.

Pero ocurrió algo inesperado, casi de forma secundaria, sin buscarlo. Algo relacionado directamente con la publicación de mi primer libro. Me había quedado sin podcasts para escuchar. Estoy suscrito como a 5-6 canales de podcasts y no tenía ningún audio pendiente. Eso, sumado a que no encontraba nada interesante en radio, decidí buscar audios en Ivoox para escucharlos mientras trabajaba. Y fue clave.

¿Sabéis? Desde el primer momento que decidí que quería escribir un libro (allá por 2015) hasta el día de hoy, el proyecto ha dado varios giros. Primero, la temática. Luego, el formato. Posteriormente incluso la idea. Eso hizo que, finalmente, quedara aparcado hasta nuevo aviso. Sí es cierto que, como dije en mi canal de YouTube, esta temporada quería retomarlo y darle la forma definitiva, e incluso, quién sabe, de publicarlo. Y ahí es donde entra en juego el sábado comentado.

Escuchando un capítulo de un podcast que no había escuchado nunca sobre viajes. El destino había decidido que ayer, justamente ayer y no otro día, debía escucharlo. Y fue gracias a ello por lo que encontré la clave, la idea vital, el enfoque perfecto, para mi primer libro. En ocasiones no se trata de ser bueno, o malo, de trabajar duro, o no, sino que deben ocurrir cosas que se nos escapan, que no dependen al cien por cien de nosotros.

¿Quién, o qué, hizo que ayer escuchara ese podcast alternativo, ese capítulo de audio que no tenía en mis planes? Pues debo agradecerle, porque ha desbloqueado el proyecto, ha reorientado todo, y ahora la idea fluirá mejor. De hecho, esta próxima semana buscaré huecos para ello.

Seguramente iré a mi cafetería de la motivación, de la inspiración. Hace unos días confesaba en Instagram Stories que tengo dos cafeterías de cabecera, bastante diferentes entre ellas, y que, normalmente, suelo usar para diferentes cosas. Sí, para tomar café con leche, e incluso para comer algo, pero en una la inspiración para proyectos brota sola (creo que tiene que ver mucho el ambiente y la iluminación), mientras que en la otra, pese a que me siento cómodo también, acabo dedicando esas horas sueltas a ponerme al día en YouTube, por ejemplo, a ver vídeos pendientes.

Lo importante es que, por fin, se ha desbloqueado el libro. Ya tengo la idea final, ya tengo mucho trabajo adelantado de cuando lo inicié en 2015. Ahora sólo falta ir dándole forma, ir plasmándolo poco a poco, con calma, con buena letra (más que nunca) y llevar a cabo un deseo que me va a hacer especial ilusión.

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