Recuerdos. Muchos recuerdos. Paseos para estirar las piernas. Por sus calles, ninguna pista del calor. Por sus calles, olores. Olor a cena. Olor a muchas cenas, según vas pasando por las casas. Olor a cena buena, rica, casera. Olor sano, y no por la comida en sí, sino porque es un olor que no se pega en la ropa, que no asfixia, que no hace sentir culpable. El aire, que ya refresca. Ese olor en las calles. La calma total. El cielo. Esto me da la vida.
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