Hace tiempo que no compro libros. Bueno, libros para mí, porque sí he regalado más de uno en los últimos meses. Llevo tiempo sin regalarme libros y no sé realmente por qué. O sí, sí lo sé. Lo que quiero decir es que no lo hago a propósito.
Digo todo esto porque, casi por arte de magia, estoy finiquitando mi lista de lecturas pendientes. Una lista visual, no física. Siempre he visto algunos libros que quería leer ahí, en la estantería, casi desordenados. Uno allí, el otro allá, alguno debajo de otros, como perdidos. Sin querer, he ido leyendo algunos de ellos (aquí están todos los que he leído en 2023) y este fin de semana he "encontrado" cuatro más. Cinco más que me permitirán, cuando los haya leído, acabar con los libros pendientes por leer.
Es una especie de satisfacción. Mi ritmo de lectura está siendo muy bueno últimamente. No por el número de libros leídos, sino por la rutina, por encontrar mi momento, momentos para desconectar, por lo productivo que estoy siendo en ese sentido.
Como digo, he encontrado cuatro más. Me quedaba uno pendiente en la zona de libros reservados. Honjok, sobre el arte de estar solo en Corea del Sur. Ahora, he reunido Fiebre en las gradas, El maestro Del Prado, El fútbol a sol y sombra y Rivalidades Crónicas. Me llama la atención que tres de ellos están relacionados con fútbol. Y no me llama la atención por ser de fútbol, porque me gusta, me apasiona, me entretiene, sino porque normalmente leo libros de temáticas diferentes a modo de desconexión.
Sin embargo, como todo en la vida, ahora sí siento que es el momento. Antes no. Ahora sí. Ningún problema. Por ello, en próximas semanas pondré fin a mi lista de libros pendientes y, así, luego podré ir comprando nuevos libros sin que se acumulen demasiado.
