Uno de mis momentos favoritos es cuando te presentas delante de tu estantería, tras haber acabado un libro, y te dispones a elegir la que será tu próxima lectura.
Esta semana he acabado El Corresponsal, de David Jiménez (en este enlace voy actualizando todos los libros que leo) y tenía que elegir una nueva publicación para entretenerme. Suelo tener separados los libros ya leídos o que son de consulta y no tanto de lectura rutinaria de los que están por leer.
Tenía cuatro opciones delante. Descarté una porque, pese a que me interesaba mucho, creía que era más de consulta que para comenzar con ello. Y, finalmente, me quedé con un libro que me regalaron hace casi cuatro años y que nunca había decidido a empezarlo: No entres dócilmente en esa noche quieta.
Era el elegido en ese momento mágico de sentir sensaciones y elegir tu nueva lectura.
Por cierto, hablando de libros, confieso que me gusta hacer compras en viajes y una casi obligatoria suelen ser libros. En breve haré un viaje y ya tengo decidido qué libro compraré, porque es un libro contextualizado en la ciudad que visito y será, muy seguramente, una compra especial que, cuando lo lea, me traslade mentalmente allí una y otra vez.
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