El titular puede ser demasiado drástico, pero todos coincidiremos en que siempre encontramos un bolígrafo de confianza. Ese bolígrafo que nos gusta cómo escribe, cómo dibuja, que nos acompaña en buenos y malos momentos, que nos sirve para hacer la lista de la compra o una lista de deseos y sueños. E incluso ese que usas en los exámenes "porque da buena suerte". Ese bolígrafo era de la tienda Muji, de tinta seca, de 0.7 mm y de color azul. Pero se acabó. Desde hacía días venía dándome alguna pista de que el final estaba más cerca de lo deseado. Hasta hoy. Pueden parecer unas líneas absurdas, surrealistas, pero quien tiene un bolígrafo especial y preferido puede llegar a entender ese momento en el que se despide.
PD: Ya tengo sustituto. Un primo suyo. Mismo modelo, pero de color negro.
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