Hace poco escribía sobre la pregunta que más me habían hecho desde que uso redes sociales, y debo reconocer que dudé entre elegir la que finalmente escogí y la que da título a este post. Me la preguntan a diario, y no exagero. Comparto muchas fotografías en mi perfil de Instagram, tanto como fotos al uso como en el apartado de Stories, que se ajustan a un formato diferente y tienen la condición temporal de que se borran a las 24 horas de ser compartidas.
Es por ello que a diario, como digo, siempre me llega alguna pregunta, o varias, sobre dónde consigo «esas fotos que tanto molan» (así me lo transmiten). Evidentemente, nunca lo digo, o si contesto algo concreto afirmo que son fotos de agencia. No miento, pero las retoco, le aplico unos filtros. No son fotos al uso, les aplico mi toque personal para que así sean producto de mi marca personal. Claro está, no son la única fuente que utilizo para mis contenidos.
Pero, ¿por qué tanta insistencia? Me hace mucha gracia cuando te piden las fuentes, como tuvieras la obligación de desvelarlas (muchos te acusan de robar y plagiar porque no las haces públicas). Me hace mucha gracia cuando un usuario general, que no tiene nada que ver con los medios de comunicación te pide que desveles de dónde sacas las informaciones, las fotografías,etc. ¿En serio? ¿En serio la gente piensa que el mundo de los medios funciona así? Me parece gracioso, porque al fin y al cabo son ignorantes que no saben cómo funciona esto. ¿Debe un periodista de X radio, X periódico o X televisión desvelar de dónde les filtran las informaciones? ¿Verdad que no? Pues así de sencillo es todo.
Comparto imágenes de fútbol de agencias de comunicación, principalmente. Las elijo, las selecciono, las edito, les doy mi toque personal y luego las comparto gratis por puro placer, porque quiero que la gente disfrute con esas imágenes igual que disfruto yo. Pero no. Van más allá. Te piden la fuente para saber qué, para seguramente acudir ellos y encontrar esas joyas que no encontrarán porque, como digo, son fotografías editadas, aplicándoles mi filtro, mis ajustes estéticos. No las van a encontrar.
Por otro lado está mi marca personal. Mi marca personal en redes sociales se caracteriza por muchas cosas, y en Instagram empieza a caracterizarse por el toque estético de las imágenes. Mucha gente me ha hecho saber que les gusta mucho el enfoque que le doy a mis contenidos. Confieso que no es nada improvisado. Todo tiene un trabajo detrás que hago de forma altruista, por masoca que suene. Me gusta compartir contenidos buenos, y si tengo que hacer según qué esfuerzos lo hago, porque ahí reside el poder de una marca personal. Es el éxito de mi marca personal.
Si lo desvelo, ¿qué gracia tiene? Si desvelo las agencias de imágenes que consulto, las webs de resúmenes y programas, las webs de estadísticas, ¿qué sentido tendría mi marca personal? Evidentemente, no creo que perdiera mucho, ya que mi esfuerzo suma ya casi 8 años al pie del cañón y eso, seamos sinceros, no se consigue de la noche a la mañana. Todavía menos en la actualidad, donde el nacimiento de cuentas se cuenta por miles a diario. Creo, sinceramente, que es más complicado crecer hoy en día, es más difícil crecer desde cero en la actualidad. Pero debo guardarme ciertas cartas. De eso se trata el éxito de una marca personal.
Comentarios