He trabajado muchas veces gratis. Claro. Sobre todo cuando me iniciaba en los diferentes ámbitos a los que me he dedicado. He escrito gratis, he publicado gratis, he generado contenidos gratis, he participado en podcasts gratis. La vida son etapas y sin duda al principio todo funciona así, hasta que alcanzas cierto punto profesional en el que, por un lado, te plantas, o por otro lado, te ofrecen algo de verdad serio.
Lo preocupante es que desde hace unos años el tema de trabajar gratis bajo ese bonito término de la colaboración invade todo. Parece que colaborar quita importancia al hecho de que te piden un trabajo, ya sea un texto, un audio para radio o un contenido específico, y lo quieren gratis. Me parece curioso cómo ha acabado asimilándose como algo normal. Evidentemente, el que te lo pide es su mejor opción. Es muy de España eso del «Para qué pagar por algo que puedo conseguir gratis.«
Digo esto porque recientemente, esta semana, he recibido dos peticiones de colaboración, una de radio y otra una web, y en ambas debo preguntar si es remunerada, o no, y evidentemente ninguna de ellas era cobrando. Es decir, algo tan importante como el aspecto económico de una tarea así, en la que reclaman tus servicios, se obvia y se da por hecho que tú debes entender que es sin cobrar.
Debo reconocer que hay ocasiones en las que colaboro sin cobrar, pero porque personal y laboralmente entiendo que es una oportunidad bastante interesante, que me va a aportar algo, aunque sea ilusión, y lo hago, sin problemas. Pero al final siempre es elección mía la de aceptar o rechazar. Pero creo que es preocupante el contexto asimilado de que trabajar gratis es normal. ¿Estamos locos?
No me gusta que la gente se aproveche, sin más. Si eres estudiante de periodismo o comunicación, o simplemente te gusta, y estás empezando, adelante. Primero, porque es una forma directa de iniciarte, ‘romper mano’, e ir metiendo la cabeza en el sector de los medios. Segundo, porque al principio todo es ilusión y seguramente te ayude a estar satisfecho y a ser feliz. Pero con el paso de los años te darás cuenta que esa etapa ha pasado, que si quieres seguir deben cambiar condiciones y mi consejo sería que sólo colabores con aquellos proyectos que de verdad te hacen feliz. No se vive del aire. El trabajo se cobra, guste o no, pero evidentemente hay casos y casos.
Personalmente, no es lo mismo colaborar con un blog ‘del montón’ que con una revista reconocida. Evidentemente, aunque ambos casos fueran no-remunerados, la segunda opción me produciría satisfacción y podría levantar la barrera, y accedería con muchas ganas, pero la primera, pensando en la persona que me lo pide, seguramente la rechazaría. Y ojo, yo también he sido principiante y pedía entrevistas, por ejemplo, a periodistas que para mí eran referentes y me hacía ilusión pedirles entrevistas, pero ahora me pongo en el lugar de aquellos profesionales y entiendo muchas cosas que por aquel entonces no pensé.
Mi consejo es que hagáis aquello que os haga felices, pero recordad, los trabajos se cobran. La palabra colaborar es bonita, romántica, pero al fin y al cabo, en la mayoría de casos, debería ser remunerada.
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