Recientemente, instalé las actualizaciones de mi smartphone y confirmaba lo que ya había visto en el de mi pareja desde hacía unos días.
La nueva actualización, entre otras muchas cosas, presentaba una nueva presentación de la pantalla bloqueada. Una nueva imagen con una nueva tipografía que, lejos de ser la más elegante, me gusta. Me gusta mucho, de hecho.
No sé qué piensa la gente en general sobre esta nueva fuente para la hora, porque reconozco que cada vez consumo menos Twitter. Sí genero contenidos, sí actualizo, sí comparto cosas, pero no me interesa realmente de qué habla la gente. Mi salud, poco a poco, me lo agradece. Por ello, a nivel personal, simplemente puedo decir que me gusta. Me parece un cambio sencillo, simple, pero efectivo.
No sólo es la tipografía más redondeada, sino que el tamaño es mucho más grande. No es que antes me quejara ni me resultara molesto, pero ahora, con este cambio, con esta nueva vista, reconozco que me gusta mucho más.
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