Hace unos días, compartí una de las historias que nos dejó el underground Wrexham FC-Notts County. Un partido de la quinta categoría inglesa, la primera fuera del fútbol profesional, que se convirtió en gran foco mediático por diversas razones.
Por un lado, era lunes y la Premier League no les quitaba el escaparate.
Por otro lado, el Wrexham se ha convertido en uno de los grandes protagonistas del fútbol inglés por sus propietarios, los actores Ryan Reynolds y Rob McElhenney, y evidentemente su interés popular e informativo ha crecido enormemente.
Además, ambos equipos llegaban empatados en lo más alto de la clasificación ¡con 100 puntos!
Bueno, compartí la parada de Ben Foster en el minuto 96 que permitió salvar la victoria por 3-2 de los locales. El guardameta inglés ha sido una cara reconocible de la Premier League en las últimas dos décadas, pero decidió retirarse en septiembre de 2022. Sin embargo, ahora, en 2023, aceptó la propuesta y el reto de convertirse en portero de este mediático -y humilde- proyecto de fútbol. Fichó, aceptó, para momentos así, para ser el héroe y mantener latiendo el sueño del ascenso del equipo hacia el fútbol profesional.
¿Por qué escribo este post, además de dar visibilidad a la curiosa historia del Wrexham? Por lo siguiente:
Recuerdo que eran dos equipos de la quinta categoría inglesa, con un nivel de romanticismo elevado, con una historia incluso bonita por ver a qué aspiran y qué pueden conseguir.
Pues no.
No, porque para este usuario no era suficiente. ¿Cómo podía decir que era bonita la historia? Nada de eso. Ben Foster se había adelantado y el penalti no era válido.
Amigo, tienes un problema. Incluso en un partido tan underground como este, muestra tu odio, tu malestar, tu negatividad. Este tipo de personas tóxicas están ahí dispuestos a seguir amargados y, de paso, amargarte a ti. De esas personas como conocidas como vampiros, que te chupan la energía en favor suyo.
Es terrible. ¿Cómo te vas a tomar Twitter en serio si hay críticos de todo y absolutamente todo?
