Todo lo que cae, sobraba.
Recientemente, vi un capítulo de Un país para leerlo con el escritor castellonense Manuel Vicent y encontré un concepto muy interesante llamado "la vibradora".
El concepto estaba contextualizado en el ámbito de la escritura y hacía referente a la hora de editar un texto. El bruto, el texto recién escrito, sin editar, debía verse sometido a "la vibradora" para, así, hacer caer todo lo que sobra. Me pareció muy interesante. Es decir, si tú colocas la vibradora y la activas, todo lo que caerá querrá decir que era prescindible.
El concepto me pareció demasiado interesante como para dejarlo en el olvido, primero, y en el único contexto de la literatura, segundo. Lo quiero llevar al escenario de las amistades, de los vicios rutinarios, de los malos compañeros de trabajo, de las parejas tóxicas, de las preocupaciones absurdas, de los trabajos nocivos.
Cuando nos agobiemos con temas objetivamente alejados de lo vital, activemos la vibradora y todo lo que prescindible, caerá. Lo importante permanecerá. O al menos así late ahora mismo en mi cabeza.
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