Hola Gerard.
Me llamo Esteban Gómez, tengo 28 años y soy de Valencia, aunque ahora vivo en Madrid. Te escribo esta carta, primero, porque necesito expresar todo lo que tengo guardado estos días y que no he podido expresar abiertamente y, segundo, porque te admiro.
Siempre he admirado tu forma de vivir el fútbol, de gestionar tus tiempos, tus movimientos. Siempre. Quizás sea polémico, pero no por tus mensajes, sino por las formas. Y me explico. Vivimos en una sociedad donde todo es falso, postureo, atrezzo. Intentamos ser correctos por el qué dirán, pero no por ser fieles a nuestros valores. Ese es el principal problema. Cuando te sales de un camino establecido, donde todos andan como un rebaño de borregos liderados por un perro pastor, pronto empezarán a señalarte, a mirarte diferente. "Eh, mira ese. Está diciendo algo que no está bien visto, que no es correcto". Y ese es tu caso. No es el mensaje. En la gran mayoría de los casos, no siempre, opino, dices verdades como puños. Y la verdad, como sabrás, muchas veces duele.
La gente no entiende que ser catalán no supone ser independentista. No sé tu posición política, pero tampoco creo que sea un argumento relevante en todo esto. Mucha gente no es capaz de asimilar que se puede ser catalán y ser español. Yo soy valenciano, adoro hablar valenciano, me encanta hacerlo, porque me parece algo maravilloso poder tener una lengua real, existente, y poder expresarte con tus allegados. Hablo valenciano, adoro muchas cosas de mi tierra, de mi cultura, de mi historia, y por nada del mundo quiero la independencia de la Comunitat Valenciana. Y tampoco juzgo a todos aquellos que, en el caso de Catalunya, sí desean la independencia del territorio catalán. Lo raro y extraño es que, viendo cómo está el panorama desde hace años, no sean más territorios con lengua e Historia propias los que quieran dar el paso.
Me parece injusto la diana que se te ha colocado por ciertos medios que están podridos, que viven los peores momentos de su vida, que agonizan y sólo se aferran a contenidos todavía más podridos para sobrevivir, para mantenerse con vida. Creo, además, que existe una catalanofia muy preocupante. Pau Gasol dijo exactamente lo mismo que tú, y nadie puso el grito en el cielo. Esa gente, muchos de ellos ignorantes que consumen medios y se creen todo aquello que leen, no entienden que el derecho a decidir no quiere decir nada más allá de eso. Sí o no. No hay más. No entienden que los que quería decir 'No' a la independencia también querían votar como catalanes, era su derecho. No lo entendían, no querían verlo. El miedo les cegaba. Eso es justamente lo que has comentado en más de una vez, que tu pueblo, tu tierra, tuviera derecho a decidir su futuro, incluyendo al 'Sí', claro, pero también al 'No'. Insisto. Los que querían votar 'No', por el motivo que fuera, también tenían derecho a reclamar sus derechos.
¿Por qué la diana en ti? ¿Por qué todos los dardos hacia ti? Porque vendes, porque gustas, porque atraes. No se dan cuenta, pero sienten pasión y admiración por tu figura. Es un mal de amores. Te quieren, pero se sale de su guión establecido, de lo que la sociedad impone en el aire que está bien, o mal. No se dan cuenta.
He leído y escuchado mil cosas sobre ti y Sergio Ramos, muchas de ellas en medios de comunicación, tanto en papel, radio como televisión. Cientos de páginas impresas, decenas de debates estériles en radio, y perdí la cuenta de los contenidos que has generado en televisión. Ahora resulta que, con perdón, te sacas la chorra afirmando que tenéis negocios en común. ¿Sabes? Nadie saldrá a pedir disculpas por los miles de contenidos desvirtualizados, que no falsos, que han nacido en torno a tu figura.
Siento pena por todo esto. Primero, por ti, por la basura mediática que ha recaído sobre tu figura, pero también, segundo, siento pena por toda esa gente que se deja engañar y que realmente son personas débiles, influenciables. No se dan cuenta, y me entristece.
Eres un tipo a quien he visto sangrar luciendo los colores de España, que he visto en todos los grandes momentos históricos de mi selección, formando una de las mejores duplas defensivas de la historia. ¿Qué cojones tienen que echarte en cara cuando todas las heridas acababan en tu rostro? De verdad, me entristece. Y me entristece porque, como ocurre siempre, sirva el ejemplo de Raúl González Blanco, el día de mañana hablarán maravillas de tu fútbol, de tu extraordinario nivel, de tus enormes cualidades y, sobre todo, por el enorme juego que das a diario.
Lo harán los aficionados, pero ten por seguro que lo harán los medios de comunicación de quienes eres oxígeno puro para una máquina de inventar que empieza a estar oxidada, podrida, que empieza a caerse a trozos por una industria que está en declive.
Eres muy grande, Gerard. Gracias por todo.