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Imágenes con historias: Premier League (III)


Seguramente sea uno de mis momentos favoritos de la semana. Tras un sábado de fútbol en el que pongo el gran foco en la Premier League, para luego ver varios resúmenes del fútbol español y continental, después de cenar pizza, me siento frente al ordenador para viajar, para trasladarme mentalmente hasta Inglaterra, hasta sus estadios. Abro mi fuente de las delicias y numerosas historias se me presentan deseando ser contadas, deseando ser desveladas. Es lo que intento. Así, damas y caballeros, llega una nueva sección de estadios ingleses:

Uno de los focos del Vitality Stadium bajo la lluvia (Mike Hewitt/Getty Images Europe)

Era viernes, viernes noche. No es habitual, pero la 5ª jornada de la Premier League no se inició en fin de semana. Por lo tanto, un partido liguero en Inglaterra de noche, bajo ese aura diferente, enigmático, incluso misterioso. A eso le sumamos una lluvia que abrazó el Sur de Inglaterra y que, como puede verse, afectó al transcurso del pasado Bournemouth-Brighton en un duelo de clubes sureños. El foco iluminaba cumpliendo su función, y entonces apareció la lluvia, el diluvio, la tormenta. Por suerte, para los intereses del equipo de Eddie Howe, no fue el preludio del resultado final. Pese a la lluvia, pese a la estampa, firmaron la primera victoria de la temporada. Esta es la historia de un foco que sufrió bajo la lluvia, que dio visibilidad a unas gotas de agua destinadas a pasar desapercibidas en la oscuridad.

Tranquilidad y calma en la previa del Crystal Palace-Southampton (Dan Istitene/Getty Images Europe)

Son el peor equipo de la Premier League, sin lugar a dudas. 0 victorias, 0 puntos y 0 goles a favor. Un rendimiento negativo, preocupante, pero la gente siguió apoyando a los suyos en Selhurst Park. Las casas bajas en los aledaños de Selhurst Park vivieron un nuevo fin de semana de fútbol. La farola que abraza a aficionados, el puesto de venta de programas del partido (a 3'5 libras, para curiosos), las ventanas casi a ras de acera. El ambiente británico en su esencia con un tinte casi trágico ante la negativa forma de los Eagles. Fue su previa, cada uno a lo suyo. Uno trabajando, colaborando. El otro disfrutando del programa oficial que había comprado a su vecino de lectura. Ambos esperando, ambos a punto de vivir una nueva derrota de su equipo. No corren los mejores tiempos para el equipo de Roy Hodgson, pero las rutinas se mantienen. ¿Qué sentido tendría el fútbol, entonces?

Un padre y un hijo de camino a St. James' Park (Ian MacNicol/Getty Images Europe)

De padres a hijos. Una imagen familiar. Una tradición que seguramente se haya pasado de padres a hijos. Primero, la del adulto con su padre, ahora abuelo del pequeño, y ahora con el pequeño. El detalle de la histórica camiseta del Newcastle siendo vestida por el niño. Esa camiseta de cuando las Urracas se codeaban con los grandes, seguramente de su padre cuando acudía al estadio con el ahora abuelo. Pero no importaba. El niño la lucía con orgullo, porque era sábado, era día de partido, y junto a su padre no fallaron a la cita con el fútbol. El fútbol como excusa para los recuerdos del mañana. "Papá, ¿te acuerdas de aquellas tardes en el estadio?", una frase que seguramente aparecerá dentro de unos años y que hemos podido vivir en la previa del Newcastle United-Stoke City.

Un aficionado asiático conversa con una pareja de policías (AFP)

Horas después del último incidente (catalogado como terrorista) en el metro de Londres se iniciaba una nueva jornada liguera. En este caso era el Liverpool-Burnley. Allí pudieron verse las grandes medidas de seguridad, la gran presencia de miembros policiales y de seguridad para controlar una situación que, tristemente, empieza a ser habitual. El aficionado asiático que había viajado, seguramente, a Anfield para ver al equipo de sus amores y que se comunicaba con los policías instantes antes del encuentro en el coliseo Red. Como digo, cada vez más, es habitual ver eventos deportivos con gran presencia policial para que todo esté bajo control, para que ninguna amenaza real acabe afectando al transcurso de la vida cotidiana de, en este caso, miles de aficionados que acudieron a Anfield para presenciar el empate final entre ambos equipos.

Elton John saluda en el palco de Vicarage Road (Dan Mullan/Getty Images Europe)

Elton John es una de las celebridades más reconocidas en Vicarage Road. El artista británico es confeso aficionado del Watford, llegando a formar parte de la directiva del club hace años. Es el club de sus amores, por el que incluso realizó conciertos benéficos cuando la situación económica no era la mejor, con la entrega total de la recaudación para sus arcas. Posteriormente, dejó el cargo, pero lo que nunca dejará será el sentimiento que le une al equipo. No fue la mejor tarde para los suyos (0-6 contra el Manchester City), pero tuvo el placer de saludar, entre otras muchas personas, a Pep Guardiola. Un ídolo musical, un artista mundialmente reconocido, pero también un fiel seguidor a un Watford que le debe mucho a Elton John.

Jamie Vardy posando para una foto antes del Huddersfield-Leicester (Nigel Roddis/Getty Images Europe)

La sonrisa del ídolo. El Leicester jugaba fuera, a priori en territorio enemigo, pero allí Jamie Vardy sería recibido por una personita especial que, en la previa del Huddersfield-Leicester, le pediría una foto que, seguramente, no olvidará en mucho tiempo. La inocente sonrisa de la pequeña (o pequeño), la orgullosa sonrisa del ídolo. Una mezcla de sentimientos. La ilusión de ver a la estrella televisiva por un lado, y el esfuerzo por parte del jugador para que ese momento ocurra y sea una excusa para haber vivido un día especial. Un pequeño gesto de mínimo esfuerzo que se traduce en un valor infinito. La ilusión y felicidad de un niño es infinita, y bien lo sabe el delantero del Leicester, quien no dudó en cumplir ese sueño.

Un aficionado del West Ham acudió disfrazado a The Hawthorns (Shaun Botterill/Getty Images Europe)

Frank Lampard jugó en el West Ham, en sus inicios. Muchos no recuerdan, además, una silenciada etapa cedido en el Swansea, pero el tiempo que pasó con los Hammers marcó a todas las partes. Por un lado, el peso mediático de ser hijo de una leyenda del club que, además, era entrenado por su tío. Esto desembocó en numerosas injusticias que, cuando se marchó al Chelsea, rival vecino de la capital londinense, provocó que las bromas contra su persona aumentaran. Entre ellas, sobre su peso. Todavía hoy se lo recuerdan, y una clara muestra es el disfraz de este aficionado del West Ham que viajó y se presentó así en The Hawthorns, donde los Hammers empatarían 0-0 contra el West Bromwich Albion. El término 'fat' y Frank Lampard es protagonista de más de un cántico de la afición Hammer. Otros van más allá, y deciden 'convertirse' en el ya retirado ex-internacional inglés.

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